Publicado: diciembre 23, 2025, 7:01 am
El Gobierno ya especula con que el crecimiento de la economía desborde un año más las previsiones más optimistas y cierre el año 2025 en el 3%. La ratificación por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) de que el PIB avanzó un 0,6% el pasado verano, en medio de un sinfín de turbulencias comerciales y con la expectativa de una campaña turística de verano algo menos pujante que las de los dos últimos años, y el tono de la información avanzada que maneja el Ministerio de Economía le ha llevado a adelantar que el crecimiento económico de España podría ser «de un avance del PIB del 2,9% o superior en 2025«. La confirmación de esa expectativa implicaría que las dos revisiones al alza del crecimiento de este año que el Gobierno ha acometido en los últimos meses y que han dejado la previsión oficial de crecimiento en el 2,9% incluso se habrían quedado cortas y que la tendencia a la desaceleración económica que se observa desde el último trimestre de 2024 experimentaría en el último tramo de este ejercicio un pequeño freno, ya que el ritmo de crecimiento de la economía española saltaría de repente del 2,8% al 3%. Habrá que esperar a la primavera para ver esto se confirma. Mientras tanto, lo que cuentan los datos del INE es que la desaceleración de las exportaciones y de la aportación de la demanda externa que se ha producido como consecuencia de los vaivenes arancelarios ha sido compensada por el renacido empuje de la inversión y de la demanda interna, particularmente del consumo de los hogares. El avance del 0,6% registrado por la economía en el tercer trimestre del año es una décima menor que el registrado entre abril y junio, pero sirve para que la economía española encadene nada menos que nueve trimestres con un crecimiento agregado por encima de esa cifra. Más allá de las fuentes de ese crecimiento, muy anclado a la aportación inercial del aumento masivo de la población , lo cierto es que se ha producido en un contexto de atonía general en el entorno más inmediato, el de las economías del euro. En el tercer trimestre fue el consumo de los hogares (1,1%) y el de las Administraciones Públicas (1,3%) los que tiraron del carro de la economía española, junto con una renacida aportación de la inversión (2,1%), el gran foco de dudas del crecimiento español por su escasa aportación en los últimos años. Los datos de la Contabilidad Nacional apuntan a una mayor contribución a futuro del consumo de los hogares. La remuneración de los asalariados experimentó un crecimiento del 7% en el último año, impulsada por el crecimiento de la remuneración por asalariado del 3,6% y del incremento del 3,3% del número de asalariados a tiempo completo. Entre tanto el excedente empresarial aumentó un 3,6%. La parte de esa mejora de la riqueza de asalariados y empresas que se quedan las administraciones públicas vía impuesto aumentó un 7,7% , lo que indica que las arcas públicas se están quedando una cada vez mayor pellizco de ese crecimiento.
