Publicado: junio 11, 2025, 4:23 pm
Como cabía esperar, Donald Tusk ganó la moción de confianza presentada por él mismo ante el Sejm, el parlamento polaco, gracias a los votos de su coalición de gobierno. Una mayoría de 243 de los 453 diputados presentes expresaron su confianza en el gabinete del primer ministro y sólo 210 votaron en contra. Durante su intervención ante el pleno, que abandonó después, durante el debate, Tusk ha presentado una remodelación de gobierno que tendrá lugar en el mes de julio, pero sin dar detalles. Pedirá a sus socios sacrificios en forma de una reducción de ministerios y un apoyo incondicional en la aprobación de iniciativas y presupuestos, además de un mayor esfuerzo de comunicación con los ciudadanos. Confía en recuperar así la iniciativa política que había perdido junto con las elecciones presidenciales, que ganó el candidato de la oposición, Karol Nawrocki. «Este no es un día para discursos floridos. Esta es una información clara sobre dónde estamos parados», comenzó Tusk su discurso. Como muestra de su cambio de estrategia hasta las parlamentarias de 2027, anunció el nombramiento de un nuevo portavoz del Gobierno, una decisión que se tomará después de «una ronda más de conversaciones con los socios de la coalición». «Entendí que es mejor prevenir que curar y asegurarse de que la información llegue a todos. La tarea del portavoz será construir un sistema moderno. Dentro de una semana sabrán el nombre, será una figura política importante, un hombre bueno, sabio y una figura política importante«, explicó. Sus palabras fueron recibidas con cautela por parte de los medios de comunicación, envueltos en una confusa operación de acoso y derribo por parte del gobierno desde que Tusk llegó al poder, empeñado en desmontar las estructuras de poder creadas por sus predecesores del partido Ley y Justicia (PiS). »Gracias por su paciencia conmigo durante este año y medio, pero también por la extraordinaria paciencia con el festival de mentiras de la oposición. La verdad siempre será la verdad«, concluyó el primer ministro su turno de palabra. «Necesitaba una votación, porque había un delirio, un alboroto, especulaciones sobre si el gobierno sobreviviría. Es difícil trabajar en esas condiciones. Mi intención no era mostrar lo fuerte que era, sino detener las especulaciones. Tenemos que hacer mucho más para recuperar la simpatía de los votantes», ha explicado Tusk en una comparecencia ante la prensa después de la votación parlamentaria. Decidido a ganar terreno político a la derecha nacionalista, Tusk ha defendido que «casi todos los días deportamos a extranjeros a sus países… Hace cuatro días, 50 georgianos sospechosos de actividades criminales fueron deportados«. También ha desvelado que está trabajando para limitar los viajes sin visado desde Georgia. «Sé muy bien lo que significa la migración ilegal para el futuro de Polonia, Europa y para nuestra civilización. Estoy decidido a hacer todo lo posible para reducir la inmigración a prácticamente cero», exhibió su nueva política. Se distanció sin embargo visiblemente del PiS, presumiendo de los resultados de su programa de natalidad in vitro, gracias al que han nacido 841 niñas y 835 niños. »Tengo 13.999 embarazos clínicos confirmados. Más de 33.000 parejas están en el programa. Me alegro de que después de años de lucha brutal, sin sentido y vergonzosa y humillación de los niños nacidos gracias a la in vito y a las familias, de que esto vuelva a tener un efecto demográfico y felicidad en las parejas», se felicitó. Pero a pesar de que Tusk se anota indudablemente un tanto con esta votación, su situación política es todo menos estable. Desde la Presidencia, a partir del 6 de agosto, Nawrocki procederá con una severidad aún mayor que la de su predecesor. El historiador de 42 años debe su ascenso al líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, un acérrimo enemigo político de Tusk, y ha adelantado que ejercerá «una fuerte resistencia desde el palacio presidencial». «Si la coalición quiere continuar, entonces sería mejor reemplazar al jefe de gobierno», ha aconsejado. El PiS ha exigido la dimisión de Tusk y la formación de un gobierno técnico, publicando incluso listas de posibles integrantes. La mitad del país desconfía de la capacidad de Tusk e incluso el ex primer ministro Mateusz Morawiecki ha declarado que «el gobierno de Donald Tusk no tiene ni idea de cómo salir de los problemas financieros, y el agujero presupuestario, que está creciendo a un ritmo de más de mil millones de zlotys al día». Considera que podría «aconsejar a Tusk» y lamenta que el discurso del primer ministro ante el parlamento «no tiene ningún carácter de propuestas realmente concretas que luego pudieran ser implementadas». La oposición, por otra parte, muestra un comportamiento asilvestrado. Szymon Hołownia , Mariscal del Sejm, ha expulsado al diputado de Confederación Grzegorz Braun, situado más a la derecha que el PiS, por haber arremetido con un extintor contra varios tableros de la exposición Rainbow Opole, instalados en el Sejm por invitación de la izquierda.