Publicado: septiembre 7, 2025, 12:23 pm
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, ha anunciado este domingo su dimisión ante el aumento de críticas y las divisiones internas en el Partido Liberal Demócrata (PLD). Durante una rueda de prensa, lamentó la pérdida de la mayoría parlamentaria y respondió a los llamamientos de miembros de su propio partido que le instaban a renunciar a la secretaría general y, por tanto, al cargo.
«Siempre he dicho que decidiré qué hacer en el momento oportuno. Dado que las negociaciones arancelarias con Estados Unidos están avanzando, creo que ahora es el momento oportuno», explicó Ishiba, que aclaró que quiere dar paso a la «próxima generación», según informaciones recogidas por el diario The Japan Times. Su dimisión se produce tras la aplastante derrota del PLD en las elecciones a la Cámara Alta de julio y un día antes de una reunión clave del partido para abordar la posibilidad de adelantar las elecciones primarias. Ahora, cumplirá «con su deber hasta que la formación elija a su nuevo líder».
Reticencias a dimitir
Hasta la semana pasada, Ishiba había mostrado su determinación a permanecer en el puesto y afrontar los desafíos gubernamentales, especialmente en el plano económico, a pesar de la pérdida de mayoría en ambas Cámaras del Parlamento. También argumentaba que mantener su cargo evitaría un vacío político y un empeoramiento de la situación ante la falta de un claro favorito para su sucesión.
No obstante, las peticiones de dimisión se intensificaron y algunos de los políticos más veteranos del PLD le instaron a dar un paso al lado antes de que las divisiones internas se profundizaran. El sábado, Ishiba se reunió con el ministro de agricultura, Shinjiro Koizumi, y el vicepresidente del PLD, Yoshihide Suga, ex primer ministro, quienes le habrían aconsejado presentar su renuncia.
La normativa interna del partido establece que si la mayoría de los diputados y las secciones de cada prefectura apoyan adelantar las elecciones primarias, la formación debe celebrarlas antes de la fecha prevista. Este contexto explica la urgencia de la decisión de Ishiba y la atención que genera su renuncia en la política japonesa.
