Publicado: octubre 10, 2025, 5:07 pm
Experimentar estrés financiero es una realidad común en México. Si bien el endeudamiento suele considerarse una de sus principales causas, diversos estudios indican que la incapacidad de afrontar emergencias económicas sin recursos puede generar aún más ansiedad. ¿Por qué sucede esto y cómo se vinculan nuestras actitudes hacia la deuda con la gestión de nuestra salud mental?
Un estudio publicado en la revista Suma Psicológica, “Actitudes hacia el endeudamiento y estrés financiero en adultos emergentes: rol mediador de las compras planificada e impulsiva, revela que las actitudes austeras frente al endeudamiento —caracterizadas por evitar la deuda y priorizar el control financiero— están relacionadas directamente con altos niveles de estrés financiero. Según los autores, la preocupación constante por evitar obligaciones puede intensificar la percepción de vulnerabilidad ante cualquier imprevisto.
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Por el contrario, actitudes más hedonistas hacia el crédito, que suelen asociarse a compras impulsivas, no muestran un vínculo directo con el estrés financiero. La explicación, según el estudio, podría estar en la normalización social de la deuda: comprar a crédito se vuelve parte del día a día y las consecuencias se postergan, reduciendo la ansiedad inmediata —aunque la amenaza exista a futuro.
«Cubrir una necesidad con un crédito sí te da la sensación de control»
Erika Villavicencio-Ayub, directora de la consultora DserOrganizacional e investigadora en la UNAM, explica que obtener un préstamo para cubrir una necesidad sí te da la sensación de control, a eso se le llama un sesgo de acción.
“Entonces, este sesgo de acción dice que cuando enfrentamos algún tipo de incertidumbre realizas cualquier acción, aunque no sea la mejor acción y nos da una sensación de que somos eficientes. Y por ese momento te quita la ansiedad”, explica.
Agrega que es un proceso cognitivo que todos tenemos y se activa. “El alivio va a transformar tu impotencia de no poder pagar algo en una acción concreta, “ah lo pagué con crédito”. Y sí, el riesgo está ahí, la situación está ahí. No obstante, lo que tu mente percibe es que tienes el control de la situación”.
Con esto, dice, de forma inmediata estás apagando el fuego y disminuyes el estrés financiero de inmediato, porque la amenaza ya no es tan tangible, ya no es urgente, es a futuro. “Entonces, es algo abstracto y eso es lo que se genera cognitivamente hablando”.
¿Deuda o compra planificada? Esa es la cuestión
El estudio de la revista Suma Psicológica explica que la interrelación entre las actitudes de endeudamiento austero con el estrés financiero se llevan a cabo de la siguiente manera:
1. Actitud austera hacia el endeudamiento y estrés financiero
La actitud austera se define como una postura cautelosa frente a la deuda, cuyo propósito es generalmente cubrir necesidades fundamentales.
El estudio encontró que las actitudes austeras se vinculan directamente y positivamente con el estrés financiero. Esto significa que, al controlar otras variables, las personas con actitudes más cautelosas y reservadas frente al endeudamiento experimentan un mayor estrés financiero.
Una posible explicación para este hallazgo es que la austeridad implica una mayor preocupación por el dinero y el control de las finanzas personales. Percibir un ambiente económico con menos recursos disponibles podría llevar a una actitud más cautelosa, lo cual resulta estresante para los adultos.
2. Endeudamiento y estrés financiero
La actitud hedonista implica una concepción positiva del uso del crédito para satisfacer necesidades y deseos de forma inmediata, sin una evaluación adecuada de las consecuencias futuras.
Esto podría estar relacionado con la normalización del endeudamiento, lo que genera actitudes favorables al crédito sin considerar las consecuencias futuras, creando una posible falsa sensación de seguridad financiera a corto plazo.
Así el estudio encontró que los adultos con actitudes favorables a endeudarse podrían adoptar estilos de compra impulsivos sin ser plenamente conscientes de que el endeudamiento exige un uso eficiente de los recursos para mantener la capacidad de pago.
Amenaza existencial contra la amenaza postergada
Al respecto, la investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, refiere que el estrés financiero se genera por amenazas existenciales inmediatas en, por ejemplo, no tengo para comer, para pagar la renta, este tipo de estrés es muy agudo.
“Hay estrés agudo, estrés crónico, hay diferentes tipos y cada uno el organismo lo asimila diferente. Entonces tengo que hacer algo para pararlo, ya que este al ser un estrés agudo, es decir, que involucra la activación del sistema límbico, lo cual genera miedo, produce ansiedad, una alerta, algo que puede atentar contra mi supervivencia, y es cognitivamente más intenso.
Cuando sucede esto se activa el sesgo del presente contra el futuro. “Entonces el cerebro dice ‘es una amenaza a largo tiempo. Ya no estoy viviendo y produciendo un estrés agudo, ya no me impacta en mi supervivencia inmediata’”, refiere.
Ante la ausencia de salud financiera se produce el estrés financiero
Erika Villavicencio Ayub considera que en temas de endeudamiento se puede redefinir el estrés, transformar la ansiedad permite redefinir el origen del estrés.
“Si tenemos ansiedad por escasez de recursos, eso se asocia con que no puedo cubrir mis necesidades básicas. Entonces, lo transformo en ansiedad por gestión de obligaciones”, refiere.
Para la especialista esto se explica porque sólo se tiene que planear los pagos del crédito. “Internamente, cognitivamente, estoy cambiando la carga emocional, para pasar de una sensación de parálisis, de crisis de shock por un problema que no puedo manejar, a uno que psicológicamente me impacta menos.
Esta situación se explica con otro sesgo, cuando la situación se percibe como un tema administrativo, entonces simplemente me organizo, hago un plan de pagos y en la imaginación o en el pensamiento pues se ve fácil.
“No obstante, pues el día a día y ya cuando le vas sumando que tienes no una, sino varias compras a crédito, pues empieza la situación cruda, pero digamos que vas a gestionar las obligaciones, y eso pareciera ser desde el enfoque psicológico algo muy manejable”, advierte.
Finalmente, la especialista dice que hay que ser hábiles para comprender cuándo vale la pena, y sobre todo pues tener los sesgos a favor. “Para avanzar y, a lo mejor, gracias a un endeudamiento controlado y acompañado desde este enfoque que nos permite evitar las consecuencias y lograr logres comprarte una casa, hacerte un patrimonio, irte a un viaje”, dice.