Publicado: octubre 3, 2025, 8:23 am
Si viajas a Galicia en verano es probable que además de playas, marisco y turistas en busca de la mejor cala en la que plantar su sombrilla, te encuentres con otra cosa: fiestas gastronómicas. Las hay a decenas. A cientos. Desde entrada la primavera hasta bien avanzado el otoño es posible encontrarse a lo largo y ancho de la región citas dedicadas al percebe, carneiro ao espeto, navajas, albariño o hamburguesas, entre un largo larguísimo etcétera. Son tantas y mueven tanta gente que en Ribadeo (en la provincia de Lugo) los hosteleros y comerciantes locales han dicho basta.
El motivo: donde otros ven una celebración multitudinaria ellos han detectado algo más, una «competencia desleal».
En un lugar de Galicia… Ribadeo es una pequeña localidad de la Mariña Oriental (provincia de Lugo) de algo menos de 10.000 habitantes. Sin embargo en verano acuden allí miles de turistas atraídos por su patrimonio, paisaje, gastronomía, entorno y sobre todo su gran joya: la playa de Las Catedrales, uno de los grandes monumento naturales del norte peninsular. El INE calcula que solo entre junio y agosto se alojaron en los hoteles del municipio 28.200 viajeros, miles de potenciales clientes para los comercios, cafeterías y restaurantes de la localidad.
Comercio local… y algo más. El caso es que en Ribadeo (al igual que en otras muchas villas de España) no solo hay tiendas y bares. A lo largo del año y sobre todo en verano se celebran ferias, mercados, fiestas gastronómicas… eventos organizados en las calles y plazas más céntricas y que captan el interés de vecinos y visitantes. El nutrido calendario de citas sirve para que el pueblo resulte más atractivo, pero la asociación local de comerciantes (Acisa Ribadeo) acaba de alzar la voz para alertar de que no todo es positivo. En su opinión representa también una «competencia desleal» para los negocios que funcionan todo el año, no solo en verano.
Celebraciones «sin control». El asunto es lo suficientemente serio como para que la organización lo haya tratado como gran punto del día en una asamblea extraordinaria celebrada esta semana. Incluso le ha dedicado un informe, ratificado por unanimidad y en el que expone por qué (en su opinión) la celebración “sin control” de esta clase de citas socava su rentabilidad. «En él se recogen los argumentos por los que Acisa considera necesario poner límites a la proliferación de mercados y eventos gastronómicos eventuales», recalca.
«Acisa no está en contra de la celebración de estos mercados y eventos, lo que rechazamos es que se celebren sin control, en fechas poco apropiadas y con duraciones excesivas», reivindica el gerente de la asociación, Jesús Pérez. «En los últimos meses se han celebrando eventos con escasa planificación, sin transparencia respecto a los promotores o los fines a los que se dedican los beneficios, llegando a programarse cada poco tiempo y en plena temporada alta. Esto supone competencia directa y desleal para el comercio y hostelería local y un deterioro de la imagen de Ribadeo».
Y eso… ¿Por qué? Acisa denuncia que esa clase de citas puntuales «se aprovechan del trabajo que se desarrolla durante todo el año» para dinamizar el pueblo y captar visitas. Y lo hacen además sacando partido de la temporada alta y «las mejores localizaciones» de la villa a cambio de impuestos «mínimos o nulos para los beneficios que obtienen». «Las tasas que abonan por ocupar la vía pública resultan en muchos casos simbólicas, irrisorias o inexistentes», clama.
En resumen, comerciantes y hosteleros sienten que las ferias les plantan cara durante la temporada alta mientras ellos se encargan de prestar servicio, pagar alquileres e impuestos y generar empleo en la localidad durante todo el año.
«Además no siempre cumplen la normativa básica, como la emisión de tickets de compra, ni están sometidos a controles sanitarios, laborales o fiscales. Tampoco generan empleo en el municipio y utilizan servicios municipales como obras, enganches de luz o limpieza, que pagamos todos los ribadenses», argumenta Pérez, quien matiza además que en realidad estas celebraciones “no aportan nada nuevo” a los clientes. «Los productos y servicios que ofrecen pueden encontrarse en negocios locales con una calidad superior».
El debate, servido. Que en general (no solo en Ribadeo) los mercadillos, festivales y fiestas gastronómicas atraen a gente es difícil de discutir. La clave para Acisa es cuándo y cómo se celebran. Y sobre todo el impacto que tienen en los pequeños negocios arraigados en la localidad. De ahí que hablen de una «competencia desleal directa» para los empresarios que sí asumen gastos fijos, impuestos y «obligaciones normativas» que, denuncian, «no siempre son asumidas por los organizadores» de esa clase de citas.
«Buscan situarse en los momentos de mayor afluencia turística en Ribadeo, aprovechando el esfuerzo e inversión previo realizados por el conjunto del sector para atraer visitantes a la villa», insiste el colectivo. Es más, en su informe advierte que «en muchos casos» los eventos puntuales «carecen de una planificación clara» y transparencia, lo que puede comprometer «la imagen» turística de Ribadeo. «Priorizan actividades improvisadas y de muy mala calidad frente a la puesta en valor del comercio y de la hostelería local».
¿Qué sugieren entonces? En su informe Acisa exige «ordenar, regular y compatibilizar» estos eventos con los “intereses legítimos” de los comerciantes y hosteleros de la villa. Incluso hablan directamente de limitar las autorizaciones para «proteger el tejido económico local», restringiendo los permisos para aquellas citas que entren en competencia directa con los negocios locales o se prolonguen durante demasiados días o de forma reiterada en un mismo año.
Consciente de que las ferias, festivales y mercadillos ayudan a dinamizar la localidad, Acisa incluso sugiere replantearse el calendario de las celebraciones. Lo que en la práctica se traduce en organizarlas “preferentemente” fuera de la temporada alta o en fechas en las que aumenta ya de por sí el flujo de clientes, como Semana Santa, los meses de verano o Navidad, «cuando el comercio y hostelería locales ya hacen un esfuerzo extraordinario para atender la demanda».
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«No los necesitamos». «Ribadeo no necesita este tipo de eventos en temporada alta. Consideramos que pueden celebrarse puntualmente en temporada baja siguiendo las premisas que recoge el informe elaborado por Acisa», concluye su presidenta, Carmen Cruzado. El colectivo deja fuera del saco, eso sí, los eventos de carácter solidario y sin ánimo de lucro y aquellos con una duración limitada, una organización «transparente» y que no se solapen con negocios locales como los restaurantes o las tiendas que se dedican a la venta de comida, ropa, cosméticos, juguetes o joyas.
¿Son los primeros en quejarse? No. Otros hosteleros, en diferentes puntos de España, han planteado quejas con un trasfondo similar: la «competencia desleal» que ejercen ferias, fiestas y demás eventos puntuales. En 2014 alzaron la voz los empresarios valencianos, el año pasado lo hicieron los de Ponferrada, molestos por la feria del Día de Castilla y León, y hace solo unos meses se sumaban al carro los negocios asturianos. Mucho antes, hace más de una década, ya compartía su recelo la Federación de Hostelería de Galicia, que denunciaba una doble vara de medir.
Imágenes | Juantiagues (Flickr) 1 y 2
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La noticia
Desde hace años el verano es sinónimo de fiestas gastronómicas. En Galicia los hosteleros creen que son una competencia desleal
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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