Publicado: septiembre 2, 2025, 10:23 am
Crocs ha logrado colar zuecos de goma en pasarelas, han colaborado con marcas de lujo y algunos se venden por auténticas barbaridades. A nadie parece importarle lo evidente: son muy feos. ¿Cómodos? Sin duda. ¿Bonitos? Ni por asomo. Esta es la historia de cómo una marca de zapatos diseñados para navegantes se ha convertido en todo un fenómeno de moda global.
Los inicios: un zapato para pescadores
Fundada en el año 2002, la empresa empezó vendiendo los Crocs Beach. Son los Crocs clásicos que todos conocemos; de goma, blanditos y antideslizantes, perfectos para navegantes. Su comodidad hizo que otros trabajadores empezaran a usarlos, principalmente quienes pasaban muchas horas de pie (yo me compré unos cuando fui cajera en una tienda). La cosa podría haberse quedado ahí y los Crocs seguirían siendo un calzado cómodo para trabajar. Sabemos que no fue así.
En 2006, Crocs salió a bolsa y consiguió recaudar 208 millones de dólares, la mayor oferta pública inicial de una empresa de calzado hasta la fecha. El mismo año, compraron Jibbitz por 10 millones de dólares, la empresa que creó los primeros adornos que se colocan en los agujeros de los zuecos. Los Crocs empezaron a ser conocidos mundialmente y salieron del ámbito del trabajo para colarse en la vida cotidiana.
La alegría duró poco y la crisis financiera de 2008 azotó fuertemente a la empresa, llegando a estar al borde de la quiebra. En los años siguientes, la empresa tuvo que cerrar muchas tiendas y reducir su catálogo para sobrevivir.
Los culpables de que los Crocs se volvieran cool
El más barato de estos cuesta 795 euros. Imagen: Balenciaga
El cambio no sucedió de la noche a la mañana, pero quizás el punto de inflexión lo marcó el diseñador Christopher Kane en 2016, cuando calzó a sus modelos con Crocs en la semana de la moda de Londres. No eran unos Crocs normales, tenían colores marmoleados y estaban decorados con cristales. Pero seguían siendo Crocs, y en una pasarela. Lo que parecía una provocación puntual era sólo el principio. Un año después, la polémica firma Balenciaga dijo “sujétame el cubata” y salieron en la semana de la moda de París con unos Crocs con plataforma de 10 centímetros.
Lo hemos visto con otras modas como los Labubu: las celebrities jugaron un papel clave en la aceptación masiva de los Crocs. Los famosos empezaron a salir a la calle con sus Crocs y muchos lanzaron colaboraciones. La primera fue Drew Barrymore en 2018, poco después le siguió Post Malone, que agotó todos los pares en un solo día. Ha habido muchos más desde entonces: Justin Bieber, Bad Bunny, SZA… De repente Crocs era atrevido, era cool. Era poner la comodidad por encima de todo.
Mucho más que comodidad: una forma de expresión
Colaboración con Animal Crossing. Imagen: Crocs
Llevar Crocs se convirtió en un acto de rebeldía. Sí, son unos zuecos feos, ¿y qué? En este genial artículo hablan de la necesidad humana de diferenciarnos de la masa y los Crocs ofrecían justamente eso: ser el raro, el que no encaja con el resto.
Las colaboraciones con marcas o celebridades fueron un gran impulso, pero el éxito de Crocs va mucho más allá. La compra de Jibbitz fue una jugada maestra al introducir el componente de la personalización: no sólo te compras su producto, además lo haces tuyo con esos pequeños pines. Ya no sólo es que sean comodísimos, es que son una forma de expresión.
A las colaboraciones con artistas o diseñadores se suman otras como la recién anunciada con Nintendo y su juego Animal Crossing, la de Barbie o la de Pokémon por citar sólo algunos ejemplos. Así es como Crocs establece una conexión emocional y fideliza a sus clientes.
El zapato que resurgió de sus cenizas
Imagen: Liz Jones, Flickr
Que Crocs estuviera al borde de la quiebra hace su historia más épica si cabe. En 2020, ya recuperados del golpe, ingresaron 1.390 millones de dólares, que no está nada mal, pero no era nada comparado con lo que se venía. La pandemia propició que se adoptara un estilo de vida más informal y en 2021 Crocs tuvo un crecimiento explosivo, llegando a los 2.310 millones de dólares de ingresos, o lo que es lo mismo: un crecimiento del 67%. No se detuvieron ahí y en 2022 subieron a 3.550 millones, un 53% más. En 2023 la tendencia se estabilizó con 3.960 millones y en 2024 se han instalado por encima de los 4.000 millones de dólares.
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Otro factor clave del crecimiento es la diversificación de su catálogo. Cuando pensamos en Crocs, todos tenemos el modelo clásico en la mente, pero en los últimos años el catálogo de la marca ha crecido mucho y, aunque mantienen la esencia del original, han logrado expandir su audiencia y llegar a más público, aumentando así sus ventas. Y no olvidemos otro factor clave: el margen de beneficio. Según los últimos resultados, el margen asciende a 61,7%. Es decir, de cada 100 dólares que ganan, se quedan 61,7. Nada mal.
Los Crocs más caros a la venta en StockX.
Crocs no sólo consiguió sobrevivir, logró prosperar hasta convertirse en un marca de calzado aceptada por todos; desde el gran público hasta el que busca lo más exclusivo. Hoy, tiendas de reventa como StockX cuentan con pares extra raros que se venden por más de 1.000 euros, algunos incluso por más de 2.000.
Pero sin duda el mayor logro de Crocs es que se ha convertido en un icono de la moda sin cambiar su diseño. En todo caso, ha sido la industria de la moda la que se ha amoldado a ellos. Ésa es la magia de estos zuecos tan feos: ser la nota discordante, un glitch en un mundo al que no pertenecen.
Imagen de portada | Melike B, Pexels
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La noticia
De la quiebra a convertir un zapato feo en un icono de la moda: la de Crocs es una de las historias más épicas de la industria
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Amparo Babiloni
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