Publicado: octubre 6, 2025, 7:46 am
Las aduanas son pilares fundamentales para el desarrollo económico, la seguridad nacional y la soberanía fiscal de México. Su importancia abarca múltiples dimensiones estratégicas.
Recientemente han circulado notas sobre hechos de corrupción que involucran a altos mandos de la Marina en contrabando, lo que ha cuestionado la presencia de los marinos en el sistema nacional aduanero.
De manera natural, la presencia de los miembros de la Armada de México tiene lógica en aquellas aduanas que se encuentran ubicadas en los puertos marítimos.
Es el caso de la Aduana de Lázaro Cárdenas, Michoacán, considerada uno de los principales puntos de entrada marítimos del país, que fue objeto de fuertes críticas.
Una investigación periodística reveló que funcionarios de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) habrían falsificado documentos para liberar mercancía ilegal decomisada en el puerto.
Sin cuestionar el contenido, resulta poco lógico que con un oficio en tan poco tiempo (dos meses) se pueda liberar mercancía incautada.
Los procedimientos aduaneros de incautación y de recuperación de la mercancía no son tan sencillos como aparecen en la nota. Tampoco se trata de minimizar el cáncer corruptivo que campea en el país y minimizar las alertas ciudadanas.
A pesar de los avances en infraestructura y gestión aduanera, recientes revelaciones han expuesto presuntas irregularidades que comprometen la credibilidad institucional y la eficacia del control aduanero.
Estudios académicos han documentado mejoras en la gestión aduanera derivadas de la modernización tecnológica y administrativa, pareciera que la automatización y los modelos de gestión por desempeño no han sido suficientes para prevenir actos desleales ni garantizar la trazabilidad de las decisiones administrativas.
Durante los últimos meses la Aduana de Lázaro Cárdenas implementó operativos estratégicos de supervisión con la finalidad de combatir el contrabando, prevenir el uso indebido de programas de fomento económico que se han reflejado en la agilización de las importaciones y el aumento de la recaudación fiscal.
Querido lector, la Aduana de Lázaro Cárdenas se encuentra en una encrucijada. Mientras los esfuerzos de modernización han generado avances en eficiencia y recaudación, los recientes señalamientos por corrupción y liberación irregular de mercancía revelan vulnerabilidades, los resultados de las investigaciones serán luces en el camino. Hasta la próxima.