Publicado: octubre 30, 2025, 7:23 am
La arquitectura nace en la casa. Nos gusta maravillarnos con los grandes edificios, esos que ocupan las páginas de las revistas y que se celebran en brillantes inauguraciones, pero la arquitectura como forma primaria, como intuición antigua, nace en la casa. Ni en la torre ni en el templo ni en el anfiteatro. En la casa. En la necesidad inmediata de trazar un límite entre lo que está fuera y lo que debe permanecer dentro. Las primeras cuevas, los primeros tipis, los primeros castros de planta circular —porque era la manera más sencilla de trazar una línea con una cuerda sujeta a un palo, con un gesto que todavía podemos reproducir sobre la tierra húmeda o la arena— fueron ya una forma de arquitectura. Y esa forma no era decorativa ni simbólica. Era práctica. Era defensiva. Era humana.
