Publicado: junio 20, 2025, 10:23 am
Los primeros hombres que viajaron a la Luna durante las misiones Apolo subsistieron a base de comida liofilizada y cubitos dulces o salados recubiertos de gelatina. La cosa no ha ido a mejor con los años. Pero si los franceses tienen éxito, los astronautas de las misiones lunares podrán comer pescado fresco.
Lubinas criadas en la Luna. Ese es el objetivo de Lunar Hatch, un rocambolesco proyecto cientÃfico que ya está en marcha en una piscifactorÃa de Palavas-les-Flots, al sur de Francia.
Los peces que crÃan en este pequeño centro no son lubinas cualquiera, sino la generación fundadora de los futuros «aquanautas» lunares. Su descendencia viajará al espacio en forma de huevos fertilizados con el fin de establecer la primera granja de peces extraterrestre.
ProteÃna de alta calidad. Si vamos a establecer una base permanente en la Luna, qué menos que darnos el gusto de cenar una lubina fresca. El cerebro detrás de este proyecto es Cyrille Przybyla, un investigador del Instituto Nacional Francés de Investigación Oceánica.
«El pescado es una excelente fuente de proteÃnas, porque es el organismo animal que mejor digerimos y contiene omega 3 y vitaminas B importantes que los astronautas necesitarán para mantener su masa muscular», dijo Przybyla a The Guardian. La pregunta, que él mismo plantea, no es si lo necesitamos, sino «cómo podemos producir estos alimentos a tanta distancia».
Lunar Hatch. El experimento, financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES), enviará los huevos al espacio calculando el tiempo que tardan en eclosionar al llegar a su destino.
Aunque todavÃa no tienem un vuelo espacial asignado, la idea es realizar las primeras pruebas en la Estación Espacial Internacional, asistido por los astronautas europeos en órbita. Tras observar su desarrollo, los huevos serÃan congelados y devueltos a la Tierra para un análisis exhaustivo. Si las pruebas tienen éxito, el siguiente paso serÃa escalar el sistema para una futura implementación en la Luna.
No el primer pez, sà el primer pescado. Ya hemos visto peces en el espacio. Los primeros fueron unos pequeños mummichogs en una misión Apolo de 1973. Más recientemente, los peces cebra han ayudado a estudiar la atrofia muscular.
Pero esta es la primera vez que el objetivo es puramente gastronómico: crear una fuente de alimento regular y renovable para astronautas y tripulaciones de futuras bases lunares y marcianas. El primer pescado espacial.
Esto no va (solo) de nutrición. El verdadero ingenio de Lunar Hatch es crear un ecosistema completamente cerrado y autosuficiente, sin residuos, exento de reponer continuamente los alimentos con vuelos de carga desde la Tierra para acabar comiendo grillos.
Todo se recicla dentro de un sistema de piscicultura que deberÃa ser autónomo durante al menos cuatro o cinco meses. Eso sÃ, harán falta muchos «aquanautas». Los cientÃficos han calculado que para proporcionar dos raciones de pescado semanales a siete astronautas se necesitarÃan unas 200 lubinas.
Imagen | lfremer
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La noticia
Criar lubinas en la Luna: la rocambolesca idea que está dando de comer a una piscifactorÃa en un pueblo de Francia
fue publicada originalmente en
Xataka
por
MatÃas S. Zavia
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