Publicado: diciembre 19, 2025, 12:30 pm
En su cama, arropada con una manta y al lado de su bebé de dos meses. Así encontraron las autoridades colombianas el pasado miércoles, 17 de diciembre, el cuerpo sin vida de Vivian Polanía Franco, una conocida jueza penal de Cúcuta, una ciudad de 800.000 habitantes fronteriza con Venezuela, después de que su escolta diese la voz de alarma.
Según fuentes locales, a las 20.00 horas del martes se registra el último rastro de comunicación del vigilante de la residencia con Polanía, de 37 años. Al día siguiente, al no obtener respuesta tras varios intentos de ponerse en contacto con ella, el escolta alerta a la madre de la funcionaria y, a su vez, a la Policía Nacional, la cual «activó todos los protocolos».
Los agentes accedieron a la vivienda «con un cerrajero, el hombre de protección de ella y la madre» alrededor de las 17.30 horas del miércoles y, en la habitación principal, hallaron el cadáver de Polanía, tendido en la cama y en compañía de su bebé, el cual fue trasladado de urgencia a un centro médico por un grave cuadro de deshidratación y, posteriormente, internado en una UCI pediátrica.
Afortunadamente, y aunque habría pasado más de 12 horas sin ingerir alimentos, el pequeño, de apenas dos meses de edad, presenta un estado de salud «estable» y, a día de hoy, se encuentra bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para garantizar los derechos del menor, a la espera de otorgar su custodia a quienes corresponda.
«Inmediatamente después de se conocieran de los hechos, se trasladó la brigada de criminalística junto a nuestra Fiscalía para recolectar material probatorio, realizar inspección técnica al cadáver, y, preliminarmente, se establece que no hay signos de violencia en el cuerpo» relató Fabio Ojeda Eraso, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en palabras a Blu Radio, estimando el fallecimiento durante la madrugada.
De momento, las investigaciones para esclarecer las circunstancias que rodean al suceso siguen abiertas y, según informó el propio Ojeda, ya se están revisando las cámaras de seguridad de la residencia de Polanía en Cúcuta y recogiendo testimonios de su entorno. En este sentido, uno de los rostros que más revuelo ha suscitado en los últimos días es Anuar Salín Jure Balaguera, su exmarido y padre de su hijo.
Y es que, según recogió La Opinión, el hombre habría sido denunciado en el pasado por la jueza penal, acusado de violenta intrafamiliar y, si bien no convivían en la misma casa, habría mostrado un acercamiento en redes con ella durante los meses de gestación, compartiendo algunos posados juntos. Vivian, por su parte, habría disminuido su actividad en Instagram para afrontar, con ilusión, su nueva etapa como madre.
Una muerte rodeada de polémica
Esta evolución de Heidy Vivian Polanía Franco hacia un contenido más familiar y personal contrasta, sin embargo, con la imagen pública que había exhibido en los últimos años, donde se habría envuelto en varias polémicas por publicar fotografías sensuales en ropa interior —desde un perfil con más de 150.000 seguidores—, y desafiando las convenciones en el ámbito judicial a través de su actitud irreverente.
Uno de sus mayores escándalos ocurrió en el año 2022, cuando la colombiana apareció en pantalla sin toga, fumando y en una cama durante una audiencia virtual a través de Zoom. Una imagen «deplorable» que le valió inicialmente la suspensión del cargo, aunque, al año siguiente, la Comisión Nacional de Disciplina Judicial revocara la medida.
Polanía reivindicaba su derecho a tener una vida personal fuera del estrado judicial y defendía que, como mujer libre, su actividad en redes no debería interferir con su ejercicio profesional. No obstante, su exposición pública y sus controversias le habrían situado en el punto de mira de la opinión pública, pero también de sus propios superiores.
De hecho, la jueza penal denunció acoso laboral por parte de «varios magistrados de Cúcuta» que, según ella, la hostigaban por su manera de vestir y la amenazan con más investigaciones disciplinarias contra ella. Además, Polanía, quien lideraba procesos judiciales contra bandas de crimen organizado que operan en Cúcuta y la frontera, aseguraba sufrir problemas de ansiedad fruto de la sobrecarga laboral y las amenazas a las que estaría expuesta.
