Publicado: noviembre 3, 2025, 3:23 pm
      
    
La Moncloa lo ha dicho con claridad: (al menos hoy por hoy) no se plantea seguir los pasos de otras naciones vecinas, como Alemania, y recuperar el servicio militar. Ni siquiera con un carácter voluntario. Eso no significa que en España haya un tipo de iniciativa que esté ganando fuerza: los campamentos para jóvenes que emulan (en parte) la vieja ‘mili’ y prometen un cóctel a base de disciplina castrense, deporte, naturaleza y lecciones de supervivencia dignas de los preppers.
Y eso nos dice mucho de la sociedad española.
Un porcentaje: 42% Hace unos meses un estudio de YouGov generó debate con un porcentaje: 42%. Según sus cálculos, esa es la proporción de españoles que ven con buenos ojos que los jóvenes deban pasar por un servicio militar obligatorio, la vieja ‘mili’, una prestación que en nuestro paÃs desapareció hace casi 24 años.
El porcentaje es inferior al de otras naciones vecinas, como Francia (68%), Alemania (58%) o Italia (49%) y revela también que hay un 58% de españoles que o bien se oponen al regreso de la ‘mili’ o no tienen una opinión firme al respecto; pero arroja otra lectura igual de incuestionable: hay un número considerable de españoles (sobre todo entre los votantes de partidos conservadores y ciudadanos de mayor edad) que se reconocen a favor de la instrucción militar obligatoria.
   
No digas mili, di campamento. A dÃa de hoy el Gobierno no parece muy dispuesto a recuperar la mili (Pedro Sánchez llegó a admitir que para él fue «una pérdida de tiempo»), pero eso no significa que haya iniciativas y negocios que estén prosperando al calor de ese renovado empuje de lo castrense. Lo confirmaba hace unos dÃas El Confidencial en un reportaje en el que pone el termómetro al interés que están despertando en nuestro paÃs los campamentos con ecos militares.
Hay dos datos que lo corroboran. Según el diario, ahora mismo estos cursos movilizan a más de 2.000 jóvenes cada verano y acaparan alrededor del 5% de la facturación del sector de los campamentos estivales, un amplio abanico en el que se incluyen los campamentos urbanos u los orientados a los idiomas y las ciencias. Quizás no parezca mucho, pero hace una década escasa apenas existÃan.
«Detectar puntos débiles». Una búsqueda rápida en Google es suficiente para encontrar campamentos militares en Madrid, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana. Sus actividades se centran en verano, dan un protagonismo clave a los jóvenes y, aunque puede haber diferencias entre unos y otros, comparten una serie de ingredientes: uniformes, naturaleza, deporte, un discurso muy centrado en la disciplina y formación en nociones básicas orientadas a la supervivencia, lo que incluye desde lecciones para orientarse con ayuda de una brújula a cómo frenar una hemorragia. En alguno la ecuación añade incluso las armas de airsoft.
«Nuestro campamento es castrense, no militar. No somos la antesala de entrada al ejército ni preparamos a los jóvenes para ingresar en ningún otro cuerpo como la PolicÃa Nacional o la Guardia Civil», explica José Gómez, un exmilitar de 54 años que ha impulsado un campamento de verano en Sigüenza orientado a los jóvenes. «Busca detectar los puntos débiles de cada uno y ayudarle a mejorar». La apuesta no le va mal del todo. Empezó hace cuatro años con apenas 14 niños y en la última edición superó los 200. «En una semana los chavales salen de aquà endurecidos».
«15 dÃas no cambian la vida». Los campamentos destacan por su propuesta de disciplina y «valores como la lealtad, sacrificio y trabajo en equipo», como destaca el responsable de una de estas instalaciones. No todos comparten sin embargo su optimismo. En 2024 elDiario.es se hacÃa eco de la opinión de algunos expertos que cuestionaban su eficacia para padres que busquen inculcar disciplina a sus retoños.
«No habrÃa que pensar que llevar [a un niño] a un campamento que funciona a golpe de pito te lo va a devolver cambiado. 15 dÃas no le cambian la vida a nadie», reflexionaba Mónica Nadal, de la Fundación Bofill. El Instituto de la Juventud (Injuve) también ha mostrado su recelo ante este tipo de campamentos.
¿Ocurre solo en España? No. De hecho hay otros paÃses en los que los campamentos militares para jóvenes llevan tiempo implantados, como EEUU, Rusia o China. De nuevo pueden variar los detalles, pero hay ciertos elementos en común, como la disciplina, los ecos paramilitares y el discurso patriótico.
El fenómeno tampoco es ajeno a Europa y va más allá de los jóvenes. En pleno debate sobre el aumento del gasto en defensa, con la guerra de Ucrania como telón de fondo, un Putin envalentonado y Trump sembrando dudas sobre el futuro de EEUU en la OTAN, en la UE hay paÃses que han reabierto el debate sobre la mili o directamente han empezado a recuperarla. Uno de los últimos ha sido Alemania, que ha reforzado sus Fuerzas Armadas con un servicio militar voluntario.
El ejemplo de Dinamarca. Dinamarca deja otro ejemplo interesante. Allà la Guardia Nacional (Hjemmeværnet o HJV) está viviendo un auténtico boom, con unos datos de reclutamiento que no se veÃan desde los 80, en plena Guerra FrÃa. Durante el primer trimestre algo más de 1.700 daneses rellenaron y confirmaron el formulario para inscribirse en este cuerpo integrado por voluntarios entrenados para intervenir en caso de emergencia y brindar apoyo al ejército del paÃs.
A modo de referencia, durante el primer trimestre de 2024 se habÃan inscrito poco más de 1.000 y en 2023 el dato no llegó siquiera a 700. Los miembros del HJV son voluntarios, personas que en su dÃa a dÃa se dedican a trabajar en oficinas, tiendas, fábricas, colegios… pero reciben entrenamiento para, por ejemplo, colaborar durante labores de vigilancia, búsquedas o ante emergencias climáticas.
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Con el foco en la Gen Z. El fenómeno no coincide solo con un escenario geopolÃtico convulso. Como señalaba hace poco Elisabeth Braw en una columna de Financial Times, conecta también con algunas obsesiones de la cohorte más joven, precisamente la que está llegando ahora a la edad de reclutamiento. «Una epidemia de soledad y la obsesión de la Generación Z por el ejercicio fÃsico podrÃan ayudar a los paÃses occidentales a reforzar la defensa civil», reflexiona Braw.
No es solo teorÃa. En Alemania las solicitudes para el servicio militar voluntario han subido un 15% en cuestión de un año, en Suecia el sistema de «defensa total» Totalförsvaret ya integra a decenas de miles de ciudadanos que apoyan al ejército y en los paÃses bálticos se ha reforzado también el «militarismo civil».
Imágenes | 7AV 7AV (Unsplash) y Monton​ Srichaiya (Unsplash)
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 La noticia
      
        Con media Europa debatiendo recuperar la mili, en España hay un fenómeno que gana fuerza: campamentos militares para jóvenes 
      
      fue publicada originalmente en
      
        Xataka 
      
             por 
        Carlos Prego
       
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