Publicado: diciembre 19, 2025, 10:24 am
Compartir un décimo de la Lotería de Navidad sigue siendo casi tan tradicional como el propio sorteo. La diferencia es que ahora ya no se hace en un bar con una fotocopia de por medio, sino en un grupo de WhatsApp y con un Bizum de ida y vuelta. Es rápido, cómodo y muy popular, pero también puede acabar en malentendidos si no se hace con un mínimo de cuidado.
Cada vez más personas usan el móvil para organizar el reparto, enviar el dinero y dejar constancia de quién juega y cuánto pone. Desde SPC, expertos en tecnología de consumo, recuerdan que esa comodidad digital no exime de ser precavidos, sobre todo cuando hay premios de por medio y la memoria empieza a fallar tras las celebraciones navideñas
Uno de los errores más comunes es pensar que con enviar el dinero ya está todo hecho. En realidad, conviene dejar rastro. Cuando se paga por Bizum, el concepto del envío es clave: anotar el número del décimo y la cantidad aportada puede marcar la diferencia si luego hay dudas. Ese pequeño gesto convierte el pago en una prueba clara de participación y evita discusiones incómodas si la suerte sonríe.
Anotar el número del décimo y la cantidad aportada puede marcar la diferencia si luego hay dudas.
También es buena idea que el acuerdo no se quede solo en mensajes sueltos. No hace falta nada sofisticado, pero dejar por escrito quién participa, cuánto aporta cada uno y qué número se juega aporta tranquilidad a todos. Un simple mensaje claro en el grupo o un documento compartido puede servir como respaldo si alguien cuestiona el reparto más adelante.
Las capturas de pantalla siguen siendo grandes aliadas. Guardar el justificante del Bizum y compartirlo con el resto del grupo ayuda a que todos tengan la misma información y evita el clásico «yo pensé que…». Del mismo modo, conviene revisar dos veces el número antes de enviar el dinero: un dígito mal puesto y el Bizum acaba en manos ajenas, sin posibilidad de marcha atrás.
La seguridad digital también cuenta. Realizar estos pagos desde redes WiFi públicas no es la mejor idea, y mantener las aplicaciones bancarias actualizadas, con verificación biométrica o en dos pasos, añade una capa extra de protección. Y si llega una solicitud de dinero inesperada, mejor desconfiar: en estas fechas proliferan estafas como el conocido ‘Bizum inverso’, en el que el engaño consiste en aceptar sin comprobar quién está al otro lado.
¿Y qué pasa si el décimo resulta premiado? Aquí también hay matices importantes. Los premios pequeños pueden cobrarse en administraciones oficiales e incluso de forma digital si el décimo se compró online. Sin embargo, los premios grandes deben gestionarse siempre a través de entidades bancarias autorizadas, nunca mediante aplicaciones de pago entre particulares.
Hay algo que no ha cambiado pese a la digitalización: el décimo sigue siendo un documento físico al portador. Tener una foto en el móvil o un historial de Bizum no sustituye al papel original. Por eso, es fundamental acordar quién lo guarda y dónde y protegerlo bien de daños o pérdidas.
La tecnología ha hecho más fácil compartir la ilusión de la Lotería de Navidad, pero también exige un poco más de atención. Con unos cuantos gestos sencillos y algo de previsión, se puede disfrutar del sorteo sin sustos. Y celebrar tranquilos si este año toca.
