Publicado: septiembre 18, 2025, 12:07 am
En México, la adopción de servicios en la nube y su integración con tecnologías como inteligencia artificial (IA) están transformando de manera acelerada la forma en que las organizaciones operan, almacenan información y toman decisiones. Sectores como el financiero, salud, manufactura y retail ya integran estas herramientas para optimizar procesos y responder con mayor agilidad a su entorno.
Muchas empresas se están digitalizando rápidamente para aprovechar oportunidades de crecimiento o enfrentar una mayor presión competitiva. No obstante, muchas implementan soluciones digitales de alcance limitado, enfocadas en áreas específicas que no fortalecen su infraestructura global.
De acuerdo con el estudio Fintech México 2025, actualmente operan cerca de mil empresas del sector en el país, con un crecimiento anual estimado en 20%. Este ecosistema, aunque dinámico y en expansión, aún enfrenta desafíos importantes en cuanto a madurez tecnológica y ciberseguridad. El mismo reporte estima que el índice de maduración digital del sector ronda el 48%, lo que sugiere que muchas empresas aún carecen de infraestructura robusta para operar en entornos complejos como la nube.
Este escenario es crítico si consideramos que, según el informe del Centro de Ciberinteligencia de Entel Digital, los incidentes en entornos cloud aumentaron un 61 % en 2024 frente al año anterior, destacando brechas de seguridad, uso indebido de servicios y errores de configuración como los principales problemas. México concentró el 17 % de los ataques de ransomware en la región.
¿Cómo proteger los datos financieros en la nube?
En este contexto, fortalecer la seguridad en la nube requiere más que migración: necesita una arquitectura tecnológica diseñada desde cero con enfoque en seguridad, resiliencia y cumplimiento.
De acuerdo con Ricardo Darling, vicepresidente de Ciberseguridad, de C3ntro Telecom, compañía especializada en servicios gestionados en conectividad y nube, estas son algunas de las prácticas más efectivas que las organizaciones pueden implementar para proteger sus entornos cloud:
⦁ Filtrado DNS y navegación segura: Permite bloquear sitios web falsos o maliciosos antes de que el usuario acceda a ellos, previniendo phishing, typosquatting o malware. Puede integrarse en soluciones gestionadas de seguridad perimetral.
⦁ Infraestructura en la nube resiliente y escalable: Con respaldo automático, cifrado de extremo a extremo y capacidad de ajuste bajo demanda, se asegura continuidad operativa frente a picos, incidentes o amenazas. Arquitecturas multicloud interoperables, conectadas mediante enlaces dedicados a nubes como AWS o Azure, y gestionadas de forma centralizada, protegen disponibilidad, rendimiento y cumplimiento normativo.
⦁ Segmentación de red y monitoreo continuo: A través de redes definidas por software (SD-WAN), es posible aislar entornos críticos, mitigar ataques internos o externos y supervisar el tráfico en tiempo real.
⦁ Modelo Zero Trust para acceso a sistemas: Basado en “nunca confiar, siempre verificar”, este enfoque valida constantemente identidad, ubicación, contexto y nivel de riesgo en cada intento de acceso. Se implementa con autenticación multifactor, análisis de comportamiento y control granular de permisos.
⦁ Capacitación constante del personal: La concientización sigue siendo una de las capas más críticas en ciberseguridad. Programas internos con simulacros de phishing, contenidos de sensibilización, monitoreo de credenciales expuestas y protocolos de respuesta ayudan a reducir errores humanos.
La protección de datos en la nube no es un esfuerzo aislado, sino una práctica continua que combina decisiones tecnológicas, protocolos organizacionales y una cultura empresarial sólida. Las organizaciones que logren articular estas dimensiones con visión estratégica no solo mitigarán riesgos, sino que estarán mejor posicionadas para innovar, crecer y mantener la confianza de sus usuarios en un entorno digital cada vez más exigente.