Publicado: diciembre 11, 2025, 2:19 pm
En España existe un pequeño grupo de ciudades en los que cada año las declaraciones de renta de sus habitantes superan los 50.000 euros de media. Son cinco, y cuatro de ellas están en la Comunidad de Madrid: Pozuelo de Alarcón (75.797 euros al año por declarante), Boadilla del Monte (58.615 euros), Sant Cugat del Vallés ( 53.752 euros), Alcobendas (52.551 euros) y Majadahonda (51.133 euros). Y hay que destacar que este particular ránking, extraído de un informe publicado esta mañana por el ‘think tank’ Fedea, solo toma datos de los municipios mayores de 50.000 habitantes , una distinción necesaria porque elimina el desajuste que puede causar en un pueblo pequeño la presencia de una o un grupo de personas muy pudientes. Se trata, así las cosas, de ‘urbes ricas’; y todas ellas son ciudades dormitorio, por cierto. Otro hecho relevante que se extrae del estudio de Fedea es que, una vez más, confirma que la política de bajos impuestos que aplica la Comunidad de Madrid atrae riqueza hacia la capital, pues en el ‘top 10’ de urbes más acaudaladas hay siete madrileñas y dos de Cataluña. Por este orden, son Pozuelo de Alarcón , Boadilla del Monte, Sant Cugat del Vallés, Alcobendas, Majadahonda, Las Rozas de Madrid (49.003 euros) , Tres Cantos (40.295 euros), Castelldefels (36.893 euros), Madrid (36.000 euros) y Barcelona (35.192 euros). Una vez más Pozuelo de Alarcón vuelve a liderar la tabla con holgura, con una riqueza media un 29,3% superior a la de Boadilla; en el extremo opuesto, la renta del barcelonés medio supone un 46% de la del pozuelero medio. Y si se analiza lo contrario, los municipios de más de 50.000 habitantes con rentas más exiguas, en 2022 lidera el grupo Sanlúcar de Barrameda (15.066 euros) , seguido de Elda (15.566 euros), Arona (15.668 euros), Santa Lucía de Tirajana (15.725 euros), Torrevieja (16.327 euros), Lorca (16.566 euros), Granadilla de Abona (16.688 euros), Utrera (16.865 euros) y Motril (17.107 euros). Muy reveladora resulta también la observación de los incrementos de la riqueza en esas grandes localidades. Entre 2021 y 2022 las mayores alzas se dieron en Arona (20,09%), Arrecife (18,08%) y Benidorm (16,62%) , seguidos de Santa Lucía de Tirajana (16,04%), Torrelavega (15,31%), Granadilla de Abona (14,66%), Marbella (14,44%), Calvià (14,16%), Eivissa (13,64%) y San Vicente del Raspeig (12,78%). Curiosamente, entre estos diez municipios están siete de los que en 2020 habían experimentado las caídas más pronunciadas como consecuencia de la pandemia del COVID-19: Arona (-21,90%), Arrecife (-10,63%), Benidorm (-17,23%), Santa Lucía de Tirajana (-23,28%), Calvià (-15,25%), Granadilla de Abona (-13,19%) o Eivissa (-10,92%). A su vez -de nuevo, tomando solo localidades de más de 50.000 habitantes-, únicamente dos registraron una reducción de la renta media por declarante entre 2021 y 2022: Lleida (-3,89%) y Castelldefels (-1,34%). La lista sigue. Si se toman solo las diez ciudades más grandes de nuestro país, en 2021 Madrid, Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca ocuparon -por este orden- los cuatro primeros puestos del ranking de declaraciones de IRPF más cuantiosas, mientras que en 2022 Palma de Mallorca pasó a la tercera posición, superando a Valencia. Sevilla y Zaragoza se situaron en 2021 en quinta y sexta posición respectivamente, permutando en 2022 ambos puestos. Finalmente, Las Palmas de Gran Canaria, Murcia, Alicante y Málaga cierran en los dos años considerados la lista del ‘top 10’ de municipios con mayor riqueza personal. El informe de Fedea también incluye datos sobre desigualdad. En este caso, resulta llamativo que entre 2019 (el último año antes de la pandemia) y 2022 la brecha de ingresos en los 1.2619 municipios españoles de más de 5.000 habitantes se redujo en un -2,42% . Esta es quizá una de las pocas buenas noticias que deja nuestra economía tras el COVID-19, que un lustro después deja como herencia una inflación acumulada que ya supera el 23% -sin que los salarios reales hayan evolucionado de forma equivalente-, y que hace languidecer los buenos datos macroeconómicos de avance del PIB. El informe de Fedea se detiene en 2022, así que habrá que esperar para conocer el impacto que esa inflación acumulada está teniendo sobre la desigualdad. Por el momento, y como ya se ha avanzado, entre 2019 y 2022 se observa una reducción de casi cuatro puntos en el índice de Gini, que es la métrica que utiliza Fedea para cuantificar las diferencias de ingresos entre las gentes de un lugar. Concretamente, un valor cercano a 0 significa que en el municipio en cuestión todo el mundo percibe los mismos ingresos , mientras que un valor cercano a 1 significa que unas pocas personas concentran prácticamente toda la riqueza. Entre 2021 y 2022 el indicador para el millar de localidades analizadas se redujo un -1,93%, lo que significa que pasó de 0,5157 a 0,5058; entre 2020 y 2022, a su vez, la reducción fue del 3,88%. Para conocer la desigualdad en cualquiera de los 1.219 municipios analizados, consulte este buscador:
