Publicado: agosto 25, 2025, 2:55 am
Todas las economías de cierto tamaño tienen entre sus reservas un buen saco de oro . Unos más y otros menos, pero esta materia prima siempre suele formar parte de la riqueza de los países. Sin embargo, su tenencia no se mantiene inmutable en el tiempo ya que unos venden, otros compran… Desde comienzos de siglo, el panorama de los países inversores en oro ha experimentado un cambio que no pasa desapercibido a los analistas: mientras Europa ha ido desprendiéndose de parte de sus reservas, Rusia y China se han convertido en los nuevos reyes del oro . A cierre del primer trimestre, los bancos centrales del planeta tenían en su poder, en total, 36.268,1 toneladas de oro. Esto son 2.824,5 toneladas más que a principios del 2000, alrededor de un 8,5% más en 25 años, según las estadísticas del Consejo Mundial del Oro. Este organismo destaca en su última encuesta de bancos centrales que «el desempeño del oro en períodos de crisis, la diversificación del portafolio y la cobertura contra la inflación», además de su papel como «activo estratégico», son razones detrás del éxito que cosecha esta materia prima a nivel global. Pero no todas las regiones y países se han comportado igual. La zona euro tenía unas reservas de 12.456,9 toneladas en el año 2000 y ahora cuenta con 10.765,4 toneladas. Una reducción de casi 1.700 toneladas que se explica por el comportamiento de ciertos Estados. Francia ha reducido sus reservas en 587,6 toneladas hasta las 2.437; Alemania ha vendido 117,3 toneladas hasta quedarse con 3.351,3; Países Bajos se ha desprendido de casi 300 toneladas para quedarse en 612,5; Portugal ha bajado su cantidad de oro en 224 toneladas hasta quedarse en 382,7; y España ha hecho lo propio al vender 241,9 toneladas para quedarse en 281,6. Italia es el único de los grandes países que no ha variado un ápice sus reservas en 25 años. Dentro del Viejo Continente, Suiza ha reducido su montante en 1.550 toneladas hasta las 1.039,9 y Reino Unido también cuenta ahora con 278 toneladas menos hasta quedarse en 310,3. Al otro lado del Atlántico, EE.UU. sí que ha mantenido su posición de líder desde el 2000 con 8.133,5 toneladas ya que solo ha vendido cinco en estos 25 años. Frente a la pérdida de peso de Europa en la tenencia de oro, otros países, en buena parte nada amigos de Occidente, han recorrido el camino contrario. Rusia es el país del mundo que más ha incrementado sus reservas hasta acumular 2.329,6 toneladas en el primer trimestre de 2025, los que son 1907 más que hace 25 años. China, por su parte, ha aumentado su cantidad de oro en 1.897,3 toneladas hasta las 2.292,3. La India es el tercer país que más ha incrementado su posición en 521,8 toneladas, seguida de Turquía con un aumento de 507,5 toneladas. Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM, destaca que la demanda sigue siendo sólida y añade un elemento clave en esta dinámica: «Las compras institucionales de oro resultan especialmente atractivas para países con regímenes autoritarios, ya que les permiten protegerse frente a la posibilidad de un arma financiera vinculada al dólar estadounidense. La demanda de oro por parte de bancos centrales de mercados emergentes se ha incrementado de forma considerable desde que Estados Unidos y Europa congelaron las reservas en dólares de Rusia al inicio de la invasión de Ucrania en 2022». Asimismo, este experto indica que «dado su carácter de activo de reserva y refugio último, el aumento de la demanda de oro refleja una pérdida de confianza en los activos estadounidenses». Jesús Reglero, profesor de OBS Business School y socio de RS Corporate Finance, por su parte ahonda en que compras como las de China y Rusia son «para reducir su dependencia del dólar y protegerse de sanciones occidentales. Estos países generan sus ingresos en divisas que no son de referencia y tienen que convertirlas para preservar el valor a largo plazo. En EE.UU. y Europa, muchas de las reservas están invertidas en las propias divisas de los países, es decir, dólares o euros. Buscan fortalecer sus monedas y prepararse para un sistema financiero más multipolar». Al tiempo, añade que «la desconfianza en el sistema financiero occidental y las tensiones geopolíticas impulsan esta tendencia» . Comprar oro, así, es una manera de no tener que depender tanto del dólar si vienen épocas duras. En este sentido, los inversores ya han advertido en los últimos meses que a causa de las políticas erráticas de Estados Unidos , el dólar está perdiendo su hegemonía como valor seguro y refugio a nivel mundial. Y apostar por el oro, la experiencia histórica demuestra que resulta muy rentable. En el año 2000 la onza de oro (que son unos 31,1 gramos) costaba menos de 300 dólares. Ahora en 2025 se encuentra en zona de máximos históricos en más de 3.300 dólares, es decir, se ha multiplicado por diez su valor. Así las cosas, las reservas mundiales han pasado de valer 297.573 millones de dólares a tener ahora un precio de mercado de 3,6 billones, a cierre del primer trimestre; los bancos centrales acumulan ahora más oro, pero gran parte del valor se debe a la subida de la cotización. Estados Unidos, que apenas ha variado sus reservas, ha sido el gran beneficiado. Ha pasado de tener 72.417 millones de dólares a 814.595 millones de dólares. Alemania ha pasado de 30.862 millones a 335.642 millones. Y en tercera y cuarta posición ya aparecen Rusia y China, que han pasado de tener menos de 4.000 millones de dólares en oro a tener 233.321 y 229.582 millones de dólares, respectivamente. España, por su parte, acumulaba oro por valor de 4.657 millones en el año 2000 y ahora tiene 28.201 millones de dólares. Se vendieron más de 240 toneladas bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero porque, decían, no era rentable tenerlo en el Banco de España y por la pérdida de utilidad. Pese a esa venta, ahora las reservas españolas valen mucho más que entonces por la revalorización que ha tenido la materia prima. Sin embargo, si nuestro país no hubiera vendido todas esas toneladas, el valor de las reservas sería ahora de unos 52.000 millones de dólares. La jugada ha resultado redonda para quienes han comprado oro y más bien lo contrario para quienes han vendido. En cualquier caso, las estimaciones apuntan a que los bancos centrales, en términos generales, seguirán comprando oro. Por ver está si Europa cortará o no la vía libre a Rusia y China.