Publicado: julio 6, 2025, 5:56 pm
Cayetano Rivera ha sido acusado por el Cuerpo Nacional de Policía de dos presuntos delitos: uno de resistencia a la autoridad y otro de desobediencia. El torero, de 48 años, estuvo detenido cuatro horas en una comisaría de Madrid, tras un altercado que se produjo en una hamburguesería.
Al parecer, los encargados del local llamaron a la Policía cuando el torero se puso agresivo en el mostrador de pedidos. No podía entregar el ticket para retirar su consumición porque la máquina expendedora no se lo dio. En ese momento, según hechos relatados por el periodista Carlos Quílez, se produce una bronca que lleva a responsables del local a hacer una llamada de alerta a la Policía.
El torero ha roto su silencio y asegura que emprenderá acciones legales, ya que, según su versión de los hechos, los agentes que se personaron «se excedieron» y resultó lesionado en el pómulo. Su abogado, Joaquín Moeckel, explicó en Y ahora Sonsoles lo ocurrido a través de una llamada telefónica y advertía de los pasos que seguirán tras lo ocurrido.
«Si el comercio tiene cámaras de grabación, se verán las cosas. Esta es la historia de siempre y respeto a la Policía Nacional, pero también existe, como en botica, de todo. Hay personas que se exceden por el hecho de ser famoso, al igual que hay famosos que por esa condición piensan que pueden tratar a la policía como me dé la gana y ni una cosa ni la otra», señaló el letrado.
Ahora, Moeckel ha explicado en ¡Hola! con más detalles cómo se siente el diestro. «Él está un poco desanimado, desconcertado. Está triste, porque es una persona que nunca ha tenido problemas ni con la Policía, ni con la justicia, ni con nadie. Es una persona muy tranquila, muy educada, y cualquiera que lo conozca sabe que es muy pausado, comedido. Todos estos acontecimientos le han sacado de contexto», explica el letrado.
Además, revela que el momento de la detención fue lo más duro para el torero, calificándolo de «humillación»: «Yo estoy habituado a ver calabozos, juzgados, policías y jueces, porque es mi profesión, pero para alguien como Cayetano, que jamás ha vivido algo así. Verse esposado, despojado de sus pertenencias, sin cordones, sin cinturón y encerrado en un calabozo… es algo profundamente traumático«.