Publicado: agosto 13, 2025, 8:23 pm
Algo no cuadra. La vida útil de un superpetrolero suele ser de unos 20 años. Pasado ese tiempo, la fatiga del casco y los costes de mantenimiento hacen que su destino más lógico sea un desguace. El lugar más grande del mundo para este trabajo es la playa de Alang, en la India. Sin embargo, desde 2022, el número de petroleros enviados al desguace está en mínimos históricos.
Dónde están esos barcos. No se han evaporado. Según un reportaje de Bloomberg, siguen navegando, muchos de ellos más allá de su «fecha de caducidad», convertidos en zombis de los mares. La pregunta es por qué. Y la respuesta, como en tantos otros asuntos geopolíticos recientes, se encuentra en la invasión rusa de Ucrania y la creación de una gigantesca flota fantasma para mover el petróleo sancionado de Rusia.
La flota fantasma rusa. Tras la invasión de Ucrania en 2022, las potencias occidentales, con el G7 a la cabeza, impusieron un tope de 60 dólares por barril al petróleo ruso transportado por mar. La idea era simple: ahogar los ingresos con los que el Kremlin financiaba la guerra sin provocar un colapso del mercado energético. Para que funcionara, las navieras y aseguradoras occidentales (que dominan el mercado) no podían prestar servicio a cargamentos que superaran ese precio.
La respuesta de Moscú fue una jugada de ajedrez pentadimensional: construir desde cero una flota fantasma comprando cientos de petroleros viejos, al borde de la jubilación, a través de una red de propietarios imposibles de rastrear. Según los analistas, esta armada paralela cuenta ya con entre 600 y 1.400 buques, una fuerza naval dedicada a transportar petróleo ruso por todo el mundo, saltándose las sanciones.
Cómo se esconde un petrolero. Con los mismos trucos que ya estaban usando otros estados sancionados, como Irán o Venezuela. Apagando el transpondedor del sistema AIS, que emite su identidad y posición. Y transfiriendo el petróleo de un barco a otro para blanquearlo, como dejó al descubierto esta imagen de satélite.
Pero también registrándolo en países con regulaciones laxas o poca capacidad de supervisión, como Gabón, Liberia o las Islas Marshall Y contratando aseguradoras desconocidas o incluso operando el buque sin un seguro fiable. Así es como Rusia ha conseguido mantener sus exportaciones de crudo a niveles muy altos, principalmente hacia China y la India .
El problema de los desguaces. Ante esta situación, en Alang, los enormes astilleros de desguace entraron en recesión. Los barcos que debían llegar para ser convertidos en chatarra han seguido en activo, sirviendo a la causa del Kremlin.
Ahora, la situación está empezando a cambiar, pero de una forma que genera un nuevo problema geopolítico. Los barcos más viejos e insostenibles de la flota fantasma también están empezando a llegar a Alang para su desmantelamiento. Para los trabajadores locales, es un alivio económico. Para la geopolítica, un campo de minas.
Por un lado, retirar esos barcos es una victoria para la seguridad marítima y el medio ambiente. Por otro, es recompensar a las entidades sancionadas. Para los desguazadores de Alang, el incentivo es puramente económico: pueden comprar un petrolero sancionado con un descuento de hasta el 40% sobre su valor de mercado como chatarra.
En Xataka | Rusia está usando Ceuta para esquivar las sanciones: el problema para España es que es totalmente legal
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La noticia
Cada vez se desguazan menos barcos petroleros, y solo hay una explicación razonable: la flota fantasma de Rusia
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
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