Publicado: octubre 23, 2025, 5:23 pm
Pedro Sánchez lanzó la idea y la Comisión Europea acepta el reto. «La Comisión Europea ha decidido llevar a cabo un nuevo análisis a través de un estudio detallado en el que estamos trabajando ahora mismo para apoyar la futura decisión sobre esta cuestión. Los europeos quieren que actuemos y mi objetivo es avanzar: ha llegado el momento de dejar de cambiar la hora todos los años«, ha expuesto este jueves el comisario europeo de Transporte, Apostolos Tzitzikostas, en un debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Para el dirigente, tener que cambiar la hora es «un sistema que frustra» a la mayoría de los ciudadanos, y por eso recoge el guante del Gobierno español, aunque el Ejecutivo comunitario también asume que no es un asunto prioritario en la agenda política de la UE en la actualidad.
En todo caso, el comisario ve pertinente retomar el debate. «Se ha convertido en una fuente de complicaciones innecesarias para la sociedad. Miren al sector del transporte: los operadores tienen que ajustar las horas de llegada y salida dos veces al año a costa de la confusión y frustración de los pasajeros. Nadie debería verse obligado por ley a experimentar un cambio horario en su vida diaria, especialmente cuando sabemos que daña la salud de la gente», concluyó ante los eurodiputados.
A principios de semana, Pedro Sánchez se lanzó a liderar este asunto y a ponerlo encima de la mesa de los socios, con el respaldo posterior de otros países como Polonia. Para el jefe del Ejecutivo, este cambio horario ya no tiene sentido, de forma mayoritaria los ciudadanos reclaman que no se haga, y la ciencia dice que «ya no supone un ahorro energético y trastoca los ritmos biológicos». No obstante, Sánchez no ha aclarado si España propondrá que se mantenga para siempre el horario de verano o de invierno. «Cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido. Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente», sostuvo.
El Gobierno se apoya en tres argumentos para defender su postura: el respaldo mayoritario de la ciudadanía española y europea; la «ausencia de evidencia científica» que demuestre que esta práctica genera un ahorro energético sustancial en la actualidad; y las «consecuencias negativas que tiene en la salud y el bienestar de millones de personas, trastocando los ritmos biológicos y provocando alteraciones del sueño dos veces al año», según señalan fuentes gubernamentales. En España, abundan, «el 66% de la población está a favor de terminar con esta práctica».
La iniciativa no es nueva. Ya en el año de 2018 la propia Comisión Europea propuso acabar con los cambios de hora tras una consulta ciudadana en la que participaron 4,6 millones de personas, con un 84% a favor de terminar con los cambios, y en 2019 el Parlamento comunitario respaldó la medida. No obstante, para modificar la norma es necesaria una mayoría cualificada entre los Estados miembro que no se alcanzó entonces.
Después de que en 1980 la entonces Comunidad Económica Europea empezase a coordinar los horarios de verano e invierno de los países miembros para aprovechar más las horas de luz para reducir el consumo energético, y armonizar el funcionamiento del mercado común, el Gobierno entiende que la evolución de la economía, la tecnología y los hábitos sociales han dejado obsoleta esta medida.
