Publicado: septiembre 5, 2025, 8:23 am
A partir de los 6 meses de vida, los bebés comienzan a desarrollar su capacidad motora y cognitiva y, aunque aún no han aprendido a hablar para comunicar sus necesidades, sí empiezan a señalar y a reproducir con gestos cuáles son sus intenciones (en cierta manera). Es precisamente en ese momento intermedio desde que utilizan algunos gestos y aún no tienen el lenguaje verbal desarrollado cuando nace un movimiento que pretende aprovecharlo para generar un lenguaje de signos concretos entre padres y educadores, y los bebés.
El denominado Baby Sign Language, que surge en Estados Unidos, consiste en enseñar a los más pequeños a comunicarse a través de gestos sencillos antes de que adquieran la habilidad de pronunciar las palabras y dotarlas del sentido correcto. Lo más interesante de esta propuesta de comunicación se refiere a que podría favorecer el desarrollo integral del pequeño, evitando frustraciones y estrechando la relación afectiva entre el niño y el adulto.
¿Qué consigue el Baby Sign Language?
Los expertos que apuestan por esta tendencia pediátrica que mejora la manera en la que nos comunicamos con los bebés, aseguran que con el Baby Sign Language se consigue una menor frustración y rabietas en los pequeños que pueden expresar sed o hambre y ser entendidos sin hablar. Al sentirse comprendidos, los bebés reconocen un lugar seguro y se reducen significativamente los llantos, algo que preocupa especialmente a los padres.
Además, cuando el niño siente que se ha hecho entender a través de signos, se implica de una manera activa en la comunicación y el vínculo en ambas direcciones se estrecha. Algo especialmente interesante es que, lejos de retrasar el habla, el Baby Sign refuerza la comprensión y asociación de conceptos. Al entender que un gesto se identifica directamente con un significado, los niños asocian fácilmente la palabra a ese mismo significado cuando empiezan a hablar, más adelante. Esto significa que el desarrollo cognitivo y lingüístico no sólo no se ralentiza, sino que se fomenta.
En el objetivo final de esta metodología, sucede que el adulto, al responder de forma coherente a las ‘peticiones’ del bebé, genera en el pequeño una sensación beneficiosa de confianza y cercanía que va a reforzar la relación afectiva entre ambas partes. Aunque suene a algo prematuro, la autoestima del bebé comienza a tomar forma sólida, algo que se reflejará en el futuro.
¿Cómo se ‘enseña’ este lenguaje de signos para bebés?
Aunque lo ideal es ir de la mano de un experto en el asunto, las pautas generales y la técnica del Baby Sign Language pasan por elegir las palabras clave como adjetivos (pequeño, grande), nombres (pelota, libro), verbos (jugar, comer)… Todo ello sin usar la gramática completa ni estructura lingüística facilitando su aprendizaje y su uso.
En el origen de esta herramienta útil de comunicación con los bebés, se llevaron a cabo estudios en Estados Unidos en la década de los 80. Las doctoras Linda Acredolo, Susan Goodwyn (y paralelamente el doctor Joseph García) precursores de los baby signs, trabajaron con niños que empezaron a desarrollar esos signos, y otros que no. Estas investigaciones arrojaron resultados asombrosos. El Baby Signing propone aprovechar la capacidad del bebé para comunicarse a través del lenguaje no verbal para establecer una comunicación con él y, de esta forma, saber qué quiere expresar.
Los creadores de esta mecánica sugieren que para comenzar con esta técnica, los pequeños deben cumplir una serie de requisitos. Mantenerse sentados para tener las manitas libres y poder hacer los signos; que sean bebés que ya señalen las cosas que les interesan; y que tengan la capacidad de imitar nuestros gestos. Todo esto debería ocurrir en torno a los 6 meses, aunque va a depender del desarrollo de cada bebé; eso sí, aprenderá más rápido si varios miembros de la familia hacen los signos y si repetimos los signos varias veces al día.
Estos son los grandes logros del Baby Sign Language
En el contexto de los beneficios que encontraron los doctores en los niños que aprendieron este lenguaje de signos, los expertos destacan que estos bebés tendrán mayor facilidad para aprender el lenguaje en un futuro. Además, su vocabulario va a ser más amplio y van a entender antes y mejor cómo funciona el proceso de comunicación verbal.
El desarrollo cognitivo de los niños que han aprendido esta técnica de comunicación no verbal va a ser más rápido, al haber entendido cómo funciona la curiosidad. En general, van a ser niños más sociables y con una autoestima más alta que va a favorecer el ambiente familiar y las habilidades motoras finas. Para finalizar, los defensores del Baby Sign Language concluyen que se ha demostrado que con el Baby Signing los niños comienzan a hablar antes, y muestran un abanico mucho más amplio de palabras.