Publicado: octubre 9, 2025, 6:20 am
Miguel Ángel Russo , entrenador del club argentino Boca Juniors , murió este miércoles a los 69 años en Buenos Aires , según confirmó la propia entidad deportiva bonaerense. La salud del técnico nacido en Lanús empeoró en las últimas semanas, lo que le impidió sentarse en el banquillo azul y oro desde el 21 de septiembre. Aquel día dirigió su último partido, un duelo liguero en La Bombonera en el que Boca empató con Central Córdoba (2-2). Desde entonces, en sus apariciones públicas, que se alternaron con estancias hospitalarias o domiciliares , se le veía flaco, caminando con dificultad y su voz se escuchaba débil. El popular club de Buenos Aires nunca detalló sobre su situación de salud, aunque se conoció que tuvo alguna infección urinaria y era sabido que en 2017 fue diagnosticado con cáncer de próstata . El 7 de octubre se limitó a informar que estaba recluido en su casa con «pronóstico reservado». Y este miércoles comunicó su deceso. «Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y será siempre un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo. Acompañamos a su familia y a sus seres queridos en este momento de dolor. ¡Hasta siempre, querido Miguel! », publicó Boca en sus redes sociales. «Se veía venir pero igual es triste», comentó a la agencia AFP Ignacio Perotti, un socio de Boca de 40 años. «Es el ultimo gran técnico que tuvimos , queda en el cuadro de los grandes», añadió. Varios clubes del fútbol argentino lamentaron el fallecimiento, incluyendo el River Plate, vecino e histórico rival del Xeneize: Hombre de pocas palabras y frases directas — «Son decisiones» , repetía cuando se le preguntaba por sus movimientos tácticos—, Russo fue entrenador más de la mitad de su vida. Acumuló 36 temporadas en los banquillos, en una trayectoria que tuvo sus ciclos más trascendentes en los argentinos Boca, Rosario Central y Estudiantes de La Plata , y que incluso lo tuvo cerca de comandar la selección argentina. La primera mitad de su vida estuvo marcada por su historia en Estudiantes, club en el que militó toda su carrera como futbolista (1975-1988) como mediocampista defensivo o central y con el que celebró dos títulos, el campeonato Metropolitano 1982 y el torneo Nacional 1983 . El club platense lo despidió en sus redes sociales destacándolo como «hijo pródigo y gloria futbolística» de la institución. Tras su retiro, comenzó una carrera como DT que lo llevó a dirigir más de mil partidos en Argentina, Chile, España, México, Colombia, Perú, Paraguay y Arabia Saudita . En España, Russo entrenó a la Unión Deportiva Salamanca en la temporada 1998-1999 , cuando el club castellano —desaparecido en 2013—estaba en Primera División. Durante su paso por el conjunto charro, el técnico argentino dirigió al equipo en 15 encuentros oficiales, logrando cuatro victorias, tres empates y ocho derrotas. Aunque no deja un palmarés extenso, está marcado de conquistas muy simbólicas. Así, tras ascender dos veces con Lanús, en 1994 tomó el mando de su amado Estudiantes, al que un año después retornó a la máxima categoría con un plantel en el que surgieron, entre otros, Juan Sebastián Verón y Martín Palermo . Su primer título en Primera lo consiguió con Vélez Sarsfield en el Clausura 2005. Después, por petición de Maradona , fue convocado para dirigir a Boca, al que llevó a conquistar la Copa Libertadores 2007 , su logro mayor como entrenador. En Colombia, en 2017, hizo campeón a Millonarios un día después de someterse a una sesión de quimioterapia para tratarse el cáncer. En Bogotá, donde es ídolo, dejó una frase muy recordada: «Todo se cura con amor». Selló a fuego un idilio eterno con Rosario Central al ganar la Copa de la Liga en diciembre de 2023, su último título con el club canalla, al que salvó dos veces del descenso. A lo largo de su carrera, Russo se mostró como un entrenador versátil, que prefería equipos equilibrados y ordenados , con una enorme capacidad para adaptarse en función de los recursos a su disposición. Su última aventura llegó en junio, cuando aceptó la propuesta de Juan Román Riquelme para conducir un tercer ciclo en Boca. Tuvo un comienzo poco feliz por la eliminación en el Mundial de Clubes y un arranque flojo en el Clausura, que había empezado a enderezar cuando los signos de deterioro se hicieron evidentes y ya no pudo continuar.