Publicado: diciembre 17, 2025, 12:34 pm
Anabel Pantoja no está pasando por un buen momento. Después de pasar un fin de semana de ensueño junto a David Rodríguez y su hija en Ámsterdam aprovechando el puente de la Constitución, volver a la rutina no ha sido sencillo. Porque no solo regresó de su escapada, sino que también terminó su paso por Bailando con las Estrellas, por lo que ahora está en un momento de completo impás.
Mientras ella y su hija se encuentran en Gran Canaria, su lugar habitual de residencia, Rodríguez regresó a su Córdoba natal. Por ello, refugiándose con todos sus seguidores, Anabel Pantoja contó a través de Instagram cómo se encuentra. Porque, aunque no puede quejarse a nivel profesional, también tiene «bajonas» como cualquier otra persona.
«¿Cómo vais? Vuestra semana, espero que esté mucho mejor que la mía. A ver, no me puedo quejar porque he vuelto a casa», preguntón a sus seguidores. Porque, siendo sincera y consciente de su situación de privilegio, lo cierto es que no todo es tan perfecto como podría parecer. «Pero claro, volví a casa y tormenta, tsunami, borrasca Emilia, en Canarias. Es verdad que yo no lo he vivido en el sur tanto, pero llovió bastante. Fue fuerte Emilia. Emilia fue fuerte», siguió explicando.
«Tengo que enseñaros mi realidad», destacó. Y es que, ya sea por la situación climática, o por los recientes viajes, su salud se vio afectado. «Y nada, ahora tenemos un poquito de fiebre desde ayer a hoy. Y estamos con cuidados y mimos, y la verdad es que sinceramente mirad mi aspecto que no me he podido duchar en todo el día. Me duché anoche, eso sí», lamentó.
Aunque no solo se vio incapacitada por su salud, sino también por su pequeña. «Estoy frita por lavarme la cabeza, secarme el pelo, echarme mi skin care, esas cosas. Ahora me es imposible con este koalita que tengo encima. Pero bueno, sobreviviremos y a ver si pasa ya el 2025 y llega el 2026″, destacó mostrando a su pequeña mientras ella seguía en pijama, «todos mis respetos hacia las heroínas supermamis con dos, tres, cuatro peques».
Y es que Anabel siente una gran devoción por todas las madres que son capaces de no solo cuidar de sus hijos, sino también de trabajar sin ayudas externas. «Me parecéis unas puñeteras heroínas, que lo sepáis. Yo ahora mismo estoy sola. Es verdad que una mami o quien sea te ayuda mucho, pero cuando estás sola, ¿cómo sobrevives? Me pongo a pensar en la que tiene dos, en la que tiene tres, en la que tiene cuatro y digo ‘¿qué?».
