Publicado: septiembre 25, 2025, 5:23 pm
Llevar el móvil encima es lo normal y, cada año, rinden más y mejor. Aun así, por muy potente que sea, jugar en una pantalla táctil no siempre es lo más cómodo: controles virtuales, agarres raros y la sensación constante de estar «tapando» la acción con los pulgares.
Quizá por eso las consolas portátiles con Android se están volviendo cada vez más populares. Nacen para jugar: integran mandos físicos, montan pantallas pensadas para moverse y apuestan por un hardware que aguanta sesiones largas sin machacar las manos. Entre las opciones recientes, la Retroid Pocket 5 se ha ganado un buen nombre entre quienes ya la usan.
No pretende reemplazar a un PC tope de gama, pero sí te permite disfrutar de juego local y en la nube (Game Pass, GeForce Now, PS Remote Play o Steam Link) con la sensación de consola de toda la vida. ¿Lo mejor? Ahora mismo la tienes en AliExpress por 205 euros.
Rendimiento que cumple con controles de verdad
En el interior, la Retroid Pocket 5 monta un Snapdragon 865 que todavía da mucha guerra en Android. Sumado a memoria suficiente y almacenamiento ampliable, el sistema se siente ágil, incluso con juegos pesados o multitarea. No compite con portátiles de 800 euros, pero clava lo que busca: comodidad y estabilidad.
Tanto los juegos nativos como el streaming funcionan con fluidez y con cargas rápidas. Títulos nuevos o clásicos se mueven sin dramas, y los servicios en la nube van finos, sin cortes molestos.
La gracia, claro, está en los controles integrados. Los sticks responden bien, los botones tienen buen click y los gatillos viajan lo justo. Nada de carcasas o pinzas para acoplar el móvil: aquí todo sale listo para jugar horas sin pelearte con el agarre.
Pantalla y software con enfoque gamer
Su panel AMOLED de 5,5 pulgadas ofrece buen brillo, colores vivos y nitidez suficiente para jugar o ver streaming sin artefactos raros. Lo que ves se mantiene estable y agradable, incluso en movimientos rápidos.
Su sistema operativo es Android 13 con algunos ajustes que simplifican la vida del jugador: un lanzador orientado a juegos, menús claros y accesos rápidos a tus servicios de nube. Y si quieres ir más allá, instalas apps desde Google Play y la conviertes en un pequeño dispositivo multifunción.
Si te tira lo retro, también cumple: sistemas de hasta sexta generación se mueven con soltura y, con mandos físicos, la experiencia gana muchos enteros frente al smartphone. Además, con una microSD amplías tu biblioteca sin preocuparte por el espacio.