Publicado: noviembre 3, 2025, 9:23 am
El cambio climático es una emergencia que debe preocuparnos a todos nosotros por las importantes implicaciones que puede tener para nuestra vida diaria. Pero ante la pregunta de cómo de avanzado está este cambio climático, un estudio ha querido analizar 22 de los 34 ‘signos vitales’ planetarios como la temperatura global, la masa de hielo o el calor oceánico. Y la verdad es que debemos preocuparnos.
Un caos climático. El objetivo que debemos tener por delante en estos casos es revertir las condiciones que están generando el gran cambio climático que estamos viviendo con veranos que cada vez son más calurosos y también más largos. Es por ello que estos signos es importante conocerlos y también tener herramientas para poder controlarlos.
Y aunque de momento no tenemos buenas noticias sobre el futuro más inmediato, la verdad es que los expertos apuntan a que todavía estamos a tiempo de revertir alguno de estos puntos críticos.
Números rojos. El informe confirma que 2024 fue el año más caluroso jamás registrado, y en España lo vivimos especialmente con diferentes olas de calor muy intensas. Es más, los científicos señalan que probablemente fue más cálido que el pico del último período interglacial, hace aproximadamente 125.000 años.
Pero este no es un hecho aislado. El calentamiento global parece estar acelerándose y los impactos ya no son amenazas futuras, sino que «están aquí y ahora». Entre los diferentes puntos que se han analizado en este informe, se ha destacado algunos como los más importantes que han superado los récords más peligrosos.
Los puntos con ‘peor nota’.
- El calor oceánico alcanzó un máximo histórico. Este calor extremo contribuyó al evento del blanqueamiento de coral más extenso jamás registrado, afectando a un 84% de los arrecifes del mundo entre principios de 2023 y mayo de 2025.
- Pérdida de hielo. En lo que va de 2025, las masas de hielo de Groenlandia y la Antártida han alcanzado mínimos históricos y los científicos advierten en este caso que las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental podrían estar superando puntos de inflexión críticos que puede comprometer al planeta a la subida del nivel de mar.
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- Incendios forestales. Algo especialmente acusado en nuestro país, sobre todo este verano, y que tiene como consecuencia la pérdida de una gran cantidad de árboles y vegetación, lo que disminuye la capacidad que tiene el planeta de poder retirar CO2 de la atmósfera.
- Gases de efecto invernadero. El metano, el óxido nitroso y también el dióxido de carbono han alcanzado en este caso cifras históricas a lo largo de 2025.
El culpable humano. El informe es claro al señalar que la «empresa humana» es la fuerza motriz de esta crisis. La población humana mundial, el ganado rumiante y el consumo de carne se encuentran en máximos históricos, pero lo más importante está en la energía.
Aunque se han hecho esfuerzos para aplicar las energías renovables como una alternativa necesaria, la realidad es que en 2024 el consumo total de combustibles fósiles alcanzó un nuevo récord. De hecho, el consumo de carbón, petróleo y gas natural alcanzaron individualmente sus niveles máximos, y en total superaron en 31 veces al consumo de energías renovables.
El riesgo que tenemos ya delante. La ciencia, con todos estos datos, apunta a que esta aceleración nos acerca peligrosamente a cruzar puntos de inflexión climáticos. Esto quiere decir que son umbrales que una vez se superan ya no hay marcha atrás, haciendo que se puedan desencadenar bucles que se van retroalimentando a ellos mismos, provocando un efecto llamado ‘Tierra invernadero’.
Pero… ¿En qué afecta el cambio climático? Lo primero de todo es el riesgo para la biodiversidad, con más de 3.500 especies que ahora mismo están amenazadas por los cambios en los ecosistemas. Algo que se suma también al debilitamiento de la circulación de vuelco meridional del Atlántico, una corriente oceánica vital que regula el clima global lo que apunta a ‘disrupciones climáticas abruptas’.
Hay esperanza. Aunque el informe puede ser fatalista, la realidad es que apunta a diferentes puntos donde podemos mejorar para revertir o retrasar los desenlaces fatalistas.
Un ejemplo está en la rápida eliminación de los combustibles fósiles y la adopción de energías renovables, pero también apuntan a la necesidad de proteger y restaurar el ecosistema haciendo hincapié en los bosques primarios. Pero la alimentación no se queda atrás, ya que cambiar a una dieta más rica en plantas y la reducción del desperdicio alimentario hace también posible que se pueda revertir este problema.
Sin embargo, la clave podría no ser solo tecnológica, sino social. El informe resalta el poder de los «puntos de inflexión sociales»: momentos en que las normas y políticas públicas se aceleran rápidamente.
Imágenes | Chris LeBoutillier Matt Palmer
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La noticia
Alguien ha echado un vistazo a los signos vitales de la Tierra y ha llegado a una conclusión: debemos preocuparnos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
José A. Lizana
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