Publicado: septiembre 24, 2025, 12:23 pm
Las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos —las conocidas como «bacterias pesadilla»— han aumentado casi un 70% en Estados Unidos entre 2019 y 2023, según un nuevo informe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). El incremento, publicado el lunes en la revista científica Annals of Internal Medicine, está impulsado sobre todo por las cepas que portan el llamado gen NDM, uno de los más problemáticos en materia de resistencia antimicrobiana.
Estas bacterias, antes consideradas exóticas y circunscritas a un pequeño número de pacientes tratados en el extranjero, se han multiplicado dentro del país. Aunque las cifras absolutas siguen siendo relativamente bajas, la tasa de casos en EEUU se ha quintuplicado en los últimos años. «El aumento de los NDM en Estados Unidos es un peligro grave y muy preocupante», advirtió por correo electrónico David Weiss, investigador de enfermedades infecciosas en la Universidad de Emory, citado por AP.
Los patógenos con el gen NDM son especialmente difíciles de tratar. Solo existen dos antibióticos eficaces frente a estas infecciones; ambos son caros y deben administrarse por vía intravenosa en un entorno hospitalario, según explican a AP los científicos del CDC. Esto complica la atención a los pacientes y eleva los costes para los sistemas de salud.
Riesgos de propagación
Los expertos temen, además, que muchas personas sean portadoras sin saberlo, lo que podría favorecer la transmisión en la comunidad. Eso supondría un cambio importante: infecciones habituales y fáciles de tratar, como las de orina, podrían convertirse en dolencias crónicas y persistentes. “Si estas bacterias se extienden fuera de los hospitales, nos enfrentamos a un problema mucho mayor en consultas y centros de atención primaria”, alertó Maroya Walters, coautora del estudio del CDC.
El informe se basa en los datos de 29 estados que realizan pruebas y notifican de forma sistemática las infecciones por bacterias resistentes a los carbapenémicos, un grupo de antibióticos considerado “último recurso” para cuadros graves. En 2023, estos estados registraron 4.341 casos de infecciones resistentes a carbapenémicos, de los cuales 1.831 correspondían al tipo NDM. Los autores no especifican cuántos de los pacientes fallecieron.
¿Qué son las bacterias pesadilla?
Las llamadas bacterias pesadilla —o Enterobacterales resistentes a carbapenémicos (CRE)— son microbios que apenas responden a los antibióticos más potentes disponibles, incluidos los carbapenémicos, considerados fármacos de «último recurso». Aunque las personas sanas rara vez se infectan, estas bacterias se propagan con facilidad en hospitales, residencias de ancianos y otros entornos sanitarios, sobre todo a través de catéteres intravenosos, urinarios o heridas quirúrgicas.
Los expertos atribuyen en parte el repunte al uso masivo de antibióticos durante la pandemia, que favoreció la resistencia, y alertan de que las cifras oficiales probablemente sean bajas porque muchos estados no realizan pruebas completas ni notifican todos los casos. Además, el CDC carece de datos de estados muy poblados como California, Florida, Nueva York o Texas, por lo que la magnitud real del problema podría ser aún mayor.
«Sabemos que durante la pandemia se disparó el uso de antibióticos, y eso se refleja ahora en un aumento de la resistencia», explicó Jason Burnham, investigador de la Universidad de Washington para AP.
El propio CDC reconoce que su recuento solo ofrece una imagen parcial. Muchos estados no realizan pruebas sistemáticas ni notifican todos los casos. Incluso en los que sí lo hacen, los datos se refieren sobre todo a pacientes hospitalizados lo bastante graves como para justificar pruebas específicas. Además, numerosos hospitales carecen de la tecnología necesaria para detectar ciertos tipos de resistencia genética.
La resistencia antimicrobiana se produce cuando bacterias y hongos desarrollan mecanismos para neutralizar los fármacos diseñados para eliminarlos. Entre las principales causas figuran el abuso y mal uso de antibióticos —prescripciones innecesarias o tratamientos incompletos—, que no logran matar a los gérmenes y les permiten fortalecerse.