Publicado: septiembre 24, 2025, 9:23 pm
Ahmed al Sharaa, el fundador de la ya desaparecida filial siria de Al Qaeda y por el que hasta hace apenas unos meses Estados Unidos ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares a quien ofreciera información de su paradero, se convirtió este miércoles en el primer presidente de Siria en participar en la Asamblea General de la ONU en casi 60 años. Al frente de una organización designada como «terrorista» por Washington y el Consejo de Seguridad de la ONU, bajo el nombre de guerra Abu Mohamed al Jolani encabezó el grupo islamista Frente al Nusra, que posteriormente sería reconvertido al Organismo de Liberación del Levante (HTS, en árabe) tras romper vínculos con Al Qaeda.
Pero a Al Sharaa le valió con derrocar el pasado diciembre al presidente sirio Bachar al Asad —en el poder durante casi 25 años— para reparar su imagen. Ahora, tras más de medio siglo de mandatos consecutivos de Bachar y de su padre Hafez, Al Sharaa se ha convertido en el primer presidente de Siria en intervenir en la Asamblea General de la ONU desde que Nureddin al Atassi hizo lo propio en 1967, cuatro años antes de que el clan de los Al Asad acaparara el poder en el país árabe.
Al Shaara declaró este miércoles en Nueva York el regreso de Siria «al lugar que se merece entre las naciones del mundo» y cargó contra Israel por continuar con sus ataques tras el derrocamiento de Al Asad. «Siria hoy día regresa al lugar que se merece entre las naciones del mundo. Este anuncio es una repercusión de la voluntad de un gran pueblo que reformuló la gloria a lo largo del tiempo», sentenció. El mandatario se congratuló de que su país haya abierto un «nuevo capítulo próspero» tras ser gobernado durante décadas por el régimen «injusto» de los Al Asad, al que acusó de perpetrar unos 200 ataques químicos durante el conflicto, de utilizar formas de tortura «abominables» y de matar a un millón de personas.
Críticas a Israel
Al tiempo que agradeció el apoyo de los países que han respaldado a la nación árabe desde la caída de Al Asad el pasado diciembre, Al Sharaa denunció que las políticas de Israel hacia Siria van en contra de las mantenidas por los otros miembros de la comunidad internacional. «Las políticas israelíes funcionan en desacuerdo con la postura internacional que apoya Siria y a su pueblo, en un intento de aprovechar la fase de transición de manera que la región entre en un torbellino de nuevos conflictos que nadie sabe dónde acaban», criticó.
Al Sharaa llegó al poder a raíz de la caída de Al Asad, y desde entonces se ha enfocado en dejar atrás su pasado como fundador del antiguo Frente al Nusra y su aún más reciente pasado a la cabeza del HTS, que lideró la ofensiva relámpago que puso fin a 54 años del antiguo régimen.
Durante más de una década como líder yihadista, Al Sharaa fue acusado de ordenar «ataques indiscriminados» contra civiles, según organizaciones de derechos humanos, pero poco a poco se fue distanciando del fundamentalismo islámico y se centró en consolidar el poder en Idlib, que durante años aguantó como último reducto opositor en la Siria de Al Asad. Su periplo yihadista provocó que su organización fuera designada como «Terrorista Global Especialmente Designada» por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que ofreció una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información sobre él —en ese momento Al Jolani, nombre que Al Sharaa no ha vuelto a utilizar desde que derrocó a Al Asad—.
La recompensa fue retirada el 20 de diciembre pasado tras la caída del antiguo régimen y la designación de HTS como terrorista en julio, mientras Siria atraviesa una etapa de transición en la que el nuevo presidente sirio se está centrando en retomar las relaciones con la comunidad internacional rotas durante décadas por la brutalidad de los Al Asad.
Los esfuerzos para reconstruir su imagen y la de la nueva Siria vieron la luz el pasado mayo, cuando Al Sharaa se reunió con el presidente estadounidense, Donald Trump, y con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, durante una reunión de líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) celebrada en Riad. Esa fue la primera vez en 25 años que los presidentes de Siria y de Estados Unidos se veían las caras, y el encuentro tuvo lugar apenas un día después de que Trump anunciara la eliminación de las sanciones internacionales que pesaban sobre el país árabe para, según dijo, darles la oportunidad «de brillar».
Sin embargo, los diez meses de liderazgo de Al Sharaa en Siria no han estado exentos de polémica y dudas. Este martes la Comisión de Investigación de la ONU para Siria denunció que se han seguido cometiendo violaciones de derechos humanos que podrían ser consideradas como crímenes de guerra tras la caída de Al Asad, como las matanzas de más de 1.400 alauitas en marzo en las ciudades occidentales sirias de Latakia, Tartús y Hama.
El domingo 5 de octubre se celebrarán las elecciones parlamentarias en el país y la votación se realizará «en todos los distritos electorales», según informó la agencia estatal SANA y recogió Al-Jazeera. Un tercio de los 210 escaños del parlamento serán designados directamente por el Al-Sharaa y el resto será elegido por comités locales supervisados por la comisión electoral. Se espera que el nuevo parlamento siente las bases para un proceso democrático más amplio tras el derrocamiento de Al Asad.