Publicado: noviembre 6, 2025, 8:23 am
La compañía de inteligencia artificial xAI, propiedad del magnate Elon Musk, hizo oficial ‘Grok Companions’ en verano de este año, tratándose de una función para usuarios mayores de 18 años que permite interactuar con avatares virtuales que responden en tiempo real con voz, animaciones y un tono sugerente.
Dicho servicio solo está disponible en el plan de suscripción Super Grok y tiene como protagonistas a Ani —un personaje con estética gótica japonesa que coquetea con los usuarios—, Bad Rudy —un panda rojo con estilo de dibujos animados y una personalidad juguetona— y una versión masculina de estos avatares con una personalidad inspirada en Edward Cullen de Crepúsculo y Christian Grey de 50 sombras. Todos ellos tienen en común la misma finalidad: responder con un tono coqueto y mostrar una actitud de flirteo constante.
Sin embargo, pese a que ofrecen una experiencia interactiva porque fueron entrenados para mantener conversaciones distendidas, el diario The Wall Sreet Journal informa que el entrenamiento de los avatares se hizo con datos biométricos de los empleados de xAI.
Según relata dicho medio, en abril, una abogada de la empresa informó a los trabajadores de xAI de que los avatares estaban en desarrollo y que, para su entrenamiento, necesitaban registros de movimiento y voz para enseñarles a actuar como humanos. Por lo tanto, para hacer realidad dichos avatares, una parte de la plantilla trabajó como tutor de inteligencia artificial para usar, reproducir y distribuir sus rostros y voces, teniendo en cuenta que tuvieron que firmar un documento en el que otorgaban a xAI «una licencia perpetua, mundial, no exclusiva, sublicenciable y libre de regalías».
Pese a que algunos de los empleados tuvieron dudas, la empresa de Musk acabó indicando días más tarde que como tutores de IA debían suministrar datos para el entrenamiento, ya que se enmarcaba en un proyecto denominado ‘Skippy’. Además, desde xAI avisaron que dichos datos eran un «requisito laboral para el avance de la misión de xAI».
Sin embargo, tras proporcionar la información necesaria para el entrenamiento, algunos empleados no acabaron contentos con Ani, sobre todo por el tono sexual con el que responde a cualquier pregunta y la estética, que recordaba a una waifu.
