Publicado: diciembre 19, 2025, 3:01 am
Ana Obregón vuelve a ser noticia, esta vez en las páginas del The New York Times, y no precisamente por sus méritos como actriz o como conocida presentadora. El prestigioso diario ha sacado estos días su relación con Jeffrey Epstein, el hombre poderoso de amigos influyentes cuya escandalosa historia de abusos sexuales con menores terminó con un mediático juicio que le llevó a la cárcel donde se suicidó. El escabroso asunto tuvo sensibles daños colaterales que alcanzaron, entre otros, a la familia real británica y terminaron apartando al príncipe Andrés y a su esposa Sarah Ferguson, muy cercanos amigos del pederasta, de sus funciones institucionales.
Ana ha dado explicaciones en el programa Y ahora Sonsoles, del que es colaboradora. El término que más utilizó para describir lo que le está sucediendo es «flipante». «Yo flipo» fueron sus primeras palabras a modo de saludo.
Obregón ofreció su versión de cómo conoció a Epstein en Nueva York en los 80 cuando era una joven aspirante a actriz y guarda de su amistad con él en aquellos años un buen recuerdo de desayunos compartidos a las seis de la mañana, paseos en Rolls y acceso a fiestas donde tuvo oportunidad de conocer a muchos famosos. La relación, asegura, no pasó de ahí a pesar que lo consideraba «un chico guapísimo y era entonces un soltero de oro». Del tema económico que según el periódico neoyorquino vinculó entonces a su familia con Epstein dice no saber nada.
Ahora quiere dejar clara su repulsa y desaprobación ante unos hechos que condena y se posiciona a favor de las víctimas.
