Publicado: diciembre 16, 2025, 11:09 am
El triunfo electoral de su marido, José Antonio Kast, al frente de Chile, convierte a María Pía Adriasola en la primera dama del país, un cargo, que al igual que él, tomará cuerpo a partir del 11 de marzo de 2026.
María Pía, nacida en Santiago de Chile hace 58 años, uno menos que su marido, es una mujer profundamente católica. Conoció al que sería su marido en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde ambos se formaron y para la que María Pía ejerció de abogada.
Kast y Adriasola se casaron en una ceremonia paradójicamente civil en 1990, por lo que están a punto de cumplir su 35º aniversario de boda. Han tenido nueve hijos, cuyas edades van desde los 18 a los 33 años.
El más conocido es José Antonio Kast Adriasola, el segundo, que fue diputado por el Distrito 10 en las últimas elecciones parlamentarias, representando al Partido Republicano, el de su padre.
La maternidad la apartó de su trabajo de abogada. Sin embargo, ha tenido una participación activa en el colegio Campanario, donde trabajó impartiendo clases de educación sexual, y es fundadora de la Fundación Cuide Chile, organización orientada a promover y defender «la vida, la familia y los derechos fundamentales de las personas».
María Pía está decidida a retomar el papel institucional de primera dama, que estaba en desuso porque sus antecesoras no lo quisieron representar.
«El rol de la primera dama retomará el espíritu y el oficio de una institución republicana, con un fuerte trabajo social y cercano a las familias”, han señalado desde el Partido Republicano.
Miembro de una familia de ocho hermanos, María Pía tuvo una infancia y juventud muy modestas, ni siquiera tenían agua corriente en su casa. Su padre, metalúrgico, sufrió un accidente que le obligó a cambiar de oficio: se dedicó a trabajar en una viña. A pesar de las necesidades que la extensa familia pasaba, ella recordó que la llegada de cada niño era celebrada como una fiesta. «Eso me marcó mucho. Cada vez que nacía un hijo, traía una alegría», sostuvo.
Este era el tercer intento de su marido, de origen alemán y abogado como ella, de llegar al Palacio de la Moneda. En plena campaña, María Pía se presentó en Antofagasta conduciendo un camión que tenía una gran bandera de Chile en el costado en el marco del lanzamiento de la campaña de su marido. Allí se vio que su papel no iba a ser de ‘florero’, sino de representación institucional y personal.
Los principios de su relación con José Antonio, al que llaman Antón, fueron desilusionantes, incluso, llegaron a romper. Antes del inicio de clases acudió con una amiga al centro educativo y vio a un estudiante de segundo año de la carrera muy delgado, rubio, de ojos azules. El chico que llamó su atención era José Antonio Kast.
La relación duró algo más de un año. La diferencia de personalidad era mayúscula. Ella, disfrutona, le gustaba bailar, cantar, socializar y hablar de los sentimientos. Él era hermético, frío y volcado en los estudios. Rompieron, pero se reencontraron al cabo de un tiempo. Él ya estaba metido en el mundo universitario y reivindicativo. Un cura les aconsejó que compartieran los martes para sus cosas.
Ambos pertenecen al movimiento Schoenstatt desde que eran jóvenes y tienen curas amigos que les hacen de consejeros.
Para conectar con sus nueve hijos, Adriasola los iba a buscar al colegio -salían en diferentes horarios- y se sentaba a tomar el desayuno con cada uno para que le contaran de sus vidas. En las noches, muchas veces, come solo ella con los que están en la casa. No permite que se use el lavaplatos porque le gusta cuando sus hijos recogen y limpian la cocina. Se define como dulce y firme a la hora de criar. Y feminista.
Su interés por la guitarra, la composición de canciones litúrgicas y la música en general es algo que ha logrado traspasarle al clan familiar. Incluso, para las navidades, es una tradición ir a cantar villancicos al hospital antes de acudir a misa. Ha participado en varios coros.
María Pía ha concedido numerosas entrevistas en las que se declara contraria al matrimonio homosexual, partidaria en tres supuesto del aborto y defensora de la actual Constitución chilena. Rechaza, sin embargo, la etiqueta de homófoba, y es muy activa en las redes sociales. Una nueva primera dama que dará que hablar.
