El giro económico de 180 grados tras la muerte de Franco: "Estamos en una economía mucho más abierta e integrada en el mundo" - Estados Unidos (ES)
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


El giro económico de 180 grados tras la muerte de Franco: «Estamos en una economía mucho más abierta e integrada en el mundo»

Publicado: noviembre 19, 2025, 1:28 pm

«El consumo privado y la inversión pública son los factores con mayor empuje (…) Es posible que en los próximos meses se inicie una modesta expansión y se reduzcan los desequilibrios». Son dos de las consideraciones que aparecían un jueves 20 de noviembre de 1975 en el artículo sobre la evolución de la economía española de un diario de la época. Por entonces, un periódico costaba 8 pesetas —cuatro céntimos al cambio—.

Cuando se anunció la muerte de Franco, España estaba sufriendo todavía los efectos de la crisis del petróleo de 1973. Se encontraba sumida en una estanflación, con un crecimiento raquítico y una inflación desbocada a la que se añadía el elevado desempleo. Con una reconversión industrial pendiente, el país era mucho más vulnerable de lo que es hoy día a la crisis energética.

Una parte notable de la población estaba empleada en Agricultura, Ganadería o Pesca y el Turismo, aun por desarrollar, apenas aportaba a la actividad. La estructura productiva ha dado un giro de ciento ochenta grados desde entonces y la apertura al exterior ha sido esencial. «Estamos en una economía mucho más abierta, integrada en Europa, integrada en el mundo y muy interconectada”, señala a La Información Económica Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.

En el 75, por ejemplo, las exportaciones de bienes y servicios representaban entre el 12, el 13% del PIB, mientras que hoy suponen algo menos del 40%. «La economía vive en sintonía con el resto del mundo y, además, por primera vez en los últimos 10 años, disponemos de un superávit externo. Durante décadas y, sobre todo entonces, el déficit exterior recurrente en los intercambios con el mundo constreñía la política económica», añade Torres.

Con las cifras que maneja el Banco Mundial, el PIB avanzó un 0,5% en el conjunto de aquel año, el de la muerte del dictador. Un crecimiento muy modesto si se compara con el 3,5% al que, según la revisión más reciente del Instituto Nacional de Estadística (INE), se expandió el pasado ejercicio. En términos de volumen, el salto es de gigante: el PIB ha pasado de los 39.819 millones de 1975 a superar los 1,59 billones de euros el año pasado.

Pero no es sólo una cuestión de crecimiento… ni de cifras. «No teníamos mercado de deuda pública, no podíamos financiar los déficits públicos, éramos una economía muy inflacionista y ahora estamos dentro del euro, con la estabilidad de precios y los tipos de interés bajos que eso conlleva —sobre todo de las hipotecas-«, explica el economista José Carlos Díez a este diario. Las diferencias con las dos grandes locomotoras europeas, Alemania y Francia, eran notables. En 1975 nuestras vecinas eran potencias exportadoras con economías más modernas e industrializadas.

Empleo femenino y la revolución de los servicios

En materia de empleo, el país también ha dado un cambio radical en los últimos cincuenta años, especialmente con la incorporación de las mujeres al mercado laboral tras generaciones relegadas al trabajo en el hogar. Poco después de morir Franco, en España había 12,8 millones de personas trabajando, de las cuales solo el 28,4% eran mujeres. En la actualidad, son ya 22,4 millones los trabajadores ocupados del país, de los cuales el 46,5% son mujeres. «Gracias al aumento de su tasa de participación, hoy en día disponemos de una base productiva mucho más amplia, aparte de los beneficios sociales que la integración de la de la mujer ha aportado», incide Raymond Torres.

Medio siglo después de la muerte del dictador, los oficios también han cambiado radicalmente. En 1975, uno de cada cinco españoles trabajaba en el campo y un 38,5% estaba empleado en la industria. Solo el 40,3% de los trabajadores se dedicaba a los servicios. La transición de España hacia una economía de servicios es patente, cincuenta años después. En 2025, el 76% de los españoles trabaja en este sector, mientras que solo un 3,3% se dedica al campo. Las reconversiones industriales que vivió el país en los 80 y los 90 han reducido el empleo en este sector al 13,7%, mientras que otro 7% de la fuerza laboral se dedica a la construcción.

En 1975 la tasa de paro que se reflejaba en la Encuesta de Población Activa (EPA) era del 4%. Sin embargo, este dato enmascara una realidad laboral más precaria de lo que sugieren los datos. La economía española funcionaba con altas tasas de subempleo, con trabajos de muy pocas horas y la emigración al extranjero en busca de oportunidades era frecuente.

La crisis del petróleo en los años 70, sumada a las reconversiones industriales, la liberalización de sectores protegidos o la incorporación de las mujeres al mercado laboral acabó elevando la tasa de desempleo por encima del 20% en los años 80. Desde entonces, en muy pocas ocasiones se ha quedado por debajo del 10% (en la actualidad se sitúa en el 10,4%).

El eterno problema de la vivienda

En cuanto a la situación económica de las familias, la renta media por habitante en 1975 era de 153.888 pesetas, según datos del Informe Económico del Banco de Bilbao (actual BBVA) de 1979. Traducido a euros estaríamos hablando de 1.616 euros, que, ajustados con la inflación acumulada estos cincuenta años (un 1.348%), equivaldrían aproximadamente a unos 25.260 euros actuales.

El salario mínimo de 1975 estaba fijado en unos 50,2 euros al mes que, descontando la inflación acumulada en cincuenta años, rondaría los 785 en la actualidad. Una cifra que contrasta con los 1.184 euros al mes en 14 pagas de SMI vigentes en 2025. Las condiciones laborales y de formación de los españoles eran mucho más duras. En 1975, el 63% de los trabajadores no tuvo vacaciones y solo el 2,9% de los cabezas de familia tenía estudios universitarios.

A mediados de los setenta, la vivienda ya era una gran preocupación para los españoles. Según se recoge en el artículo La crisis de los 70 en el sector de la vivienda, publicado en la revista Papeles de Economía Española en 1980, entre 1965 y 1974 el precio de los pisos se triplicó. El precio medio aproximado de la vivienda rondaba las 900.000 pesetas en 1974, que equivalen a 83.553 euros una vez hecha la conversión y ajustando el peso de la inflación. Con algo menos de seis años de renta de una persona era posible acceder a una vivienda.

En zonas como el cinturón metropolitano de Madrid, el precio del metro cuadrado de vivienda era de unas 12.400 pesetas. El equivalente a unos 1.150 euros de hoy. Los últimos datos de Idealista sitúan en 4.395 euros el metro cuadrado de vivienda en la capital.

Sin embargo, las condiciones de las viviendas de entonces eran mucho más precarias que las actuales. Según la Encuesta de Equipamientos y Nivel Cultural de las Familias del INE, en 1975 el 13% de los inmuebles no tenía agua corriente y solo la mitad contaba con agua caliente. Además, solo el 51% tenía cuarto de baño completo. De igual modo, el 45% de las casas no tenían calefacción, solo el 74% tenía nevera, el 60% lavadora y apenas un 9% contaba con una aspiradora. En aquel año, solo el 34% de los hogares tenían un automóvil en propiedad.

Related Articles