Publicado: noviembre 18, 2025, 2:18 pm
La Rolex Sydney Hobart Yacht Race cumple este año su 80ª edición convertida en mucho más que una regata: es una institución del deporte mundial. Y lo celebra con una participación extraordinaria de más de 130 embarcaciones, entre ellas cinco maxis de 30,5 metros de eslora, llamados a protagonizar en tiempo real una de las batallas más espectaculares de las últimas décadas a lo largo de sus legendarias 628 millas náuticas entre Sídney y Hobart. Desde 1945 —cuando una invitación casual a un crucero se transformó en regata tras la célebre frase del capitán John Illingworth, «lo haré si lo conviertes en una carrera»— esta prueba se ha consolidado como la gran clásica del Hemisferio Sur. Patrocinada por Rolex desde 2002, la competición y su organizador, el Cruising Yacht Club of Australia, representan un pilar esencial de la estrecha relación de la marca suiza con la vela. Entre los participantes ilustres destaca Tom Slingsby, oro olímpico en Laser y uno de los navegantes australianos más admirados. Enamorado de la prueba desde niño, Slingsby confiesa que la regata es parte de su ADN deportivo. Ganador en 2016 —a bordo del Perpetual Loyal, con récord incluido—, reconoce: «Para considerarme un verdadero regatista, tenía que competir en la Rolex Sydney Hobart.» Ese magnetismo también cautivó a Sir Ben Ainslie, el regatista olímpico más laureado de la historia, quien describe su experiencia en la prueba como una lección extrema de trabajo en equipo, gestión del riesgo y resiliencia. La salida cada 26 de diciembre desde el puerto de Sídney es una de las imágenes más icónicas del deporte mundial. Tras dejar atrás los Sydney Heads, la flota se enfrenta a un recorrido tan bello como exigente: la costa de Nueva Gales del Sur, el traicionero estrecho de Bass, y la mítica aproximación final por Tasman Island y el río Derwent, donde tantas ediciones han cambiado de manos en los últimos metros. La Tattersall Cup, premio al ganador absoluto en tiempo compensado, es el trofeo más prestigioso. No distingue tamaños ni presupuestos: premia la mejor navegación. Desde pequeños 30 pies como Screw Loose o Zeus II, hasta gigantes como Wild Oats XI, todos han inscrito su nombre. En paralelo, la lucha por la victoria en tiempo real volverá a ser un espectáculo global. Este año compiten auténticas bestias del océano: LawConnect, Master Lock Comanche, SHK Scallywag 100, Wild Thing 100 y Palm Beach XI —el heredero del mítico Wild Oats XI, nueve veces ganador. Profesionales y amateurs, jóvenes promesas y veteranos, hombres y mujeres: la Rolex Sydney Hobart reúne a todos los que buscan medirse con uno de los desafíos oceánicos más duros del planeta. Terminarla es un honor. Ganarla es entrar en la historia. En su 80º aniversario, la mítica regata vuelve a demostrar por qué encarna como ninguna otra los valores que Rolex defiende: excelencia, perseverancia y tradición.
