Publicado: noviembre 15, 2025, 9:23 am
A finales de los años ochenta, un encargo muy especial llamó a las puertas del estudio de Pininfarina. El príncipe Jefri Bolkiah, hermano del sultán de Brunéi, quería que le diseñaran un nuevo Ferrari exclusivo. La única condición era que este proyecto se mantuviera en total secreto.
De hecho, se mantuvo tan en secreto y durante tantos años, que ni siquiera Ferrari sabía que existía hasta que una serie de fotografías los reveló al público y a la propia marca décadas después. Esta es la historia de los seis únicos Ferrari F90 que existen en el mundo. Un coche tan misterioso que no lo han visto ni en Ferrari.
El encargo secreto del príncipe
La increíble historia de este peculiar modelo salió a la luz a tenor de una entrevista que Speedholics hizo a Enrico Fumia, director de diseño y desarrollo de Pininfarina a finales de los años 80. Por aquellos años, el príncipe Jefri Bolkiah era uno de los mejores clientes de Ferrari, donde compraba coches por docenas para alimentar su nutrida colección de coches formada por más de 7.000 coches.
En 1988, un intermediario del príncipe Jefri contactó con el estudio de diseño Pininfarina, la empresa italiana responsable de diseñar algunos de los Ferrari más famosos, con modelos como el Ferrari FF, California, F12 Berlinetta o 458 Italia, entre muchos otros.
La petición fue clara: quería seis unidades exclusivas de un Ferrari que solo él tendría. A cambio, el estudio recibiría una cantidad indecente de dinero, justo en un momento en el que el estudio no pasaba una buena racha económica.
Sin entrar en cifras concretas, el responsable de diseño del estudio solo indicó en su entrevista que, con aquel encargo, Jefri Bolkiah se convertía en la principal fuente de ingresos del estudio, por encima de marcas como Ferrari, Maserati o Alfa Romeo. Ahí es nada.
La única condición que puso el príncipe fue que todo debía hacerse en el más absoluto secreto. Tanto fue así que ni siquiera Ferrari se enteró hasta 16 años más tarde.
El proyecto fue bautizado como «F90», llamado así por ser «el Ferrari de los años noventa«. El diseño se construyó sobre el chasis del Ferrari Testarossa –que era la estrella del momento—, pero con un diseño completamente nuevo y original en cuanto a carrocería, habitáculo y techo, conservando solo motor, ruedas y retrovisores del modelo base.
Innovación y complejidad en el diseño
En su entrevista, Enrico Fumia aseguró que «sin duda, el F90 ha sido el proyecto más difícil y espectacular que hemos hecho nunca». Entre sus innovaciones más notables estaba un techo a corredizo único que se deslizaba sobre la luneta trasera, quedando totalmente integrado para convertirlo en un superdeportivo descapotable.
Esta solución era algo completamente inaudita para la época y un desafío técnico importante, explicaba Fumia. Pero los honorarios que pagaban las arcas del sultán de Brunéi cubrían con creces el coste desarrollo.
Fabricar un Ferrari sin que Ferrari lo supiera no fue sencillo. Fumia aseguraba que probaban el coche por la noche, sin ningún emblema de IlCavallino Rampante y con la carrocería completamente camuflada. Como no disponían de pilotos de prueba, el diseñador reconocía que «a veces participaba en las pruebas y, como el coche tenía el volante a la derecha, cuando yo conducía, otra persona tenía que sentarse en el asiento del copiloto para pagar los peajes en las salidas de la autopista».
En su diseño, Fumia se inspiró en modelos clásicos de Ferrari como el 500 Superfast de 1964, con su peculiar rejilla frontal delantera ovalada, el Ferrari 365 o el Ferrari 330 con sus líneas suaves y aerodinámicas. Bajo el capó montaron un motor V12 bicilíndrico de 4,9 litros y 390 CV.
Tras muchas dificultades, las seis unidades del F90 se entregaron directamente en Brunei y en el más absoluto de los secretos, donde han permanecido ocultos en la colección real del sultán Hassanal Bolkiah. Así se mantuvieron hasta 2002.
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¿Ferrari, qué Ferrari?
Fue en ese año cuando empezaron a circular unas misteriosas fotos en internet en las que se apreciaban las inéditas siluetas de un Ferrari desconocido. Finalmente, en 2005, Fumi se reunió con Ferrari se reunió con Pininfarina para revelar el proyecto.
El responsable de diseño se mostró sorprendido por la reacción de Maranello. «Fue mejor de lo que jamás hubiéramos imaginado», contaba Fumia. «Ferrari reconoció oficialmente el F90 como un Ferrari auténtico, sin haberlo visto ni tocado jamás», confesaba el exdirectivo de Pininfarina.
A día de hoy, y solo por la referencia de las fotos filtradas, se sabe que los Ferrari F90 estaban pintados en negro, azul, gris, rojo, blanco y verde. Pero ninguno de estos coches ha salido de la colección real ni se ha usado públicamente, manteniendo así el aura de misterio y exclusividad que los rodea hasta hoy.
Imagen | Nano Banana
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La noticia
El príncipe de Brunéi pidió que se le fabricara un Ferrari tan secreto que ni siquiera Ferrari supo que existía: el F90
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Rubén Andrés
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