Publicado: noviembre 13, 2025, 1:23 pm
La ausencia de unos Presupuestos Generales del Estado, tras prorrogarse durante dos ejercicios consecutivos las cuentas de 2023, y la falta de concreción del Plan Fiscal y Estructural a medio plazo suponen un obstáculo para la reducción de la deuda pública que España tiene pendiente. La advertencia la ha lanzado este jueves el Banco de España en su ‘Informe de Estabilidad Financiera de Otoño’, en el que insiste en que son necesarias «medidas concretas de control del gasto y/o aumento de los ingresos».
Sólo así España podrá hacer frente a los desafíos importantes que tiene por delante ante los riesgos al alza vinculados al envejecimiento de la población y a las necesidades de gasto derivadas de la transformación digital, el cambio climático y la defensa. La ratio de deuda pública sobre PIB se situó en el 103% a finales de agosto. Venía de haberse disparado por encima del 124% en el peor momento de la pandemia de Covid.
La entidad prevé que el pasivo del conjunto de las administraciones siga siendo elevado «tanto desde una perspectiva histórica como en el contexto europeo». Esto sitúa al país en una situación vulnerable ante posibles cambios repentinos en las condiciones de financiación o si arrecia la inestabilidad política en Francia o Estados Unidos. Según sus cálculos, se reducirá al entorno del 100% en 2027, cuando el déficit se habrá situado cerca del 2,5%.
El avance de la economía puede verse afectado por los riesgos asociados a la incertidumbre global, incluso si no hubiera crisis financieras o geopolíticas graves. Una vía podría ser un retroceso del consumo privado mayor de lo estimado como medida de precaución por parte de las familias y empresas. También podría afectar al país el deterioro de la confianza en algunos de los principales socios comerciales, como Francia o Alemania, lo que ejercería una presión añadida sobre el sector exterior, que ya ha venido perdiendo fuelle los últimos trimestres.
La desaceleración de los socios puede tener un efecto añadido sobre el sector servicios, sobre todo en el caso de los turísticos. En 2023 esta actividad aportaba el 12,3% a la economía, por lo que «perturbaciones en las preferencias globales sobre turismo u oscilaciones cíclicas en su demanda podrían frenar el crecimiento». Además, esta actividad sería también vulnerable al deterioro de las relaciones económicas internacionales y a la extensión de algunos conflictos bélicos, remarca la entidad.
