Publicado: noviembre 10, 2025, 9:23 pm
Una vez finalizado el entrenamiento, cuatro empleados de seguridad con la anchura de una puerta van dibujando un pasillo y envolviendo la salida de Carlos Alcaraz, al que los aficionados reclaman en el Inalpi Arena de Turín: pese a que se le abalance la multitud, el tenista acaba llegando a buen puerto y su estela se pierde conforme se aproxima a la puerta de acceso al vestuario. A unos metros de ahí, el jugador con el que el murciano ha estado ejercitándose cuenta su historia, la de otro de tantos soñadores que aspiran a ingresar algún día en la élite o vivir de su deporte. Impregnado todavía de sudor, fruto del esfuerzo que exige seguirle el ritmo al número uno, Pedro Vives se expresa.
