Publicado: noviembre 6, 2025, 5:23 am
Nueva York, acostumbrada como está a ser la aldea gala de Astérix versión americana, se acostó anoche con nuevo alcalde, uno que planta cara al omnipotente Trump. Demócrata, musulmán y de 34 años, su triunfo supone un china en el zapato para el magnate, que va a tener como regidor en su ciudad natal a alguien que no le gusta nada. El presidente de EEUU, mientras busca con ahínco el Nobel de la Paz, se ha descuidado en casa y, hoy, tiene a la gran manzana más Fuji y Royal, es decir, más roja. El cambio de sillón en la alcaldía demuestra, al contrario de lo que cantaba Mecano, que sí hay marcha en Nueva York, al menos, política. Pero al nuevo regidor le queda un trecho por delante: no bastará con ser la némesis del todopoderoso Trump, tendrá que cumplir con su promesa de bajar los desorbitados precios de los pisos y los alimentos en una ciudad tan cinematográfica como prohibitiva.
