Publicado: octubre 27, 2025, 2:10 am
La ONU cumple 80 años, pero su salud la hace parecer a una anciana de 100 años arrumbada en una sala de terapia intensiva. Los pronósticos son los peores.
Olvidada y maltratada por tres de sus cinco hijos (Estados Unidos, Rusia y China), la ONU se encuentra quizá en uno de los peores momentos de su vida. Nació sobre los escombros de la Segunda Guerra Mundial y hoy está debajo de los escombros de la Franja de Gaza y de los de Ucrania, entre otras zonas del mundo.
El presidente de Estados Unidos, interpretando a un rey que lanza bolas de excremento desde las alturas a sus propios ciudadanos (¿guerra escatológica?), es la principal amenaza para la ONU. Donal Trump exhibe y presume su desprecio por las normas democráticas. No tolera a los organismos multilaterales porque se niega a transferirles soberanía; a cederles poder. Un país, un voto: pérdida de virilidad. Para Trump no hay más ONU que su Casa Blanca.
Olga Pellicer y Miguel Ángel Covián nos recuerdan que “la ONU no es, ni ha sido, un gobierno mundial, que no tiene autoridad sobre los gobiernos y que no puede imponer, ni tiene cómo, leyes o políticas de ningún tipo” (La ONU amenazada, Foreign Affairs Latinoamérica, octubre 2025).
Sin embargo, hay una excepción, nos recuerdan Pellicer y Covián. El capítulo VII de su Carta constitutiva: el Consejo de Seguridad. Precisamente, los tres hijos que han olvidado a su madre, la ONU.
“Quizá nada garantice que la humanidad sobreviva en un mundo donde este importante espacio (el de la ONU) haya desaparecido”, escriben Pellicer y Covián.
Menciono a Olga Pellicer porque me parece lamentable que no aparezca su nombre y fotografía en la exposición: “Construyendo nuestro futuro en conjunto: 80 años de México en la ONU”, que fue inaugurada el sábado frente al monumento de los Niños Héroes.
Olga Pellicer es una de las más lúcidas multilateralistas mexicanas, la recuerdo a principio de este siglo aportando sus conocimientos en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), sin embargo, su ausencia de la exposición fue cubierta con fotografías del doctor psiquiatra Juan Ramon de la Fuente.
Lo más surrealista de la exposición, es la presencia de López Obrador, uno de los presidentes mexicanos que más daño le hizo a la tradición multilateral del país. ¿O acaso el deseo de asilar al corrupto de Jorge Glass tiene algo que ver con el México que abrió sus puertas a los españoles republicanos? ¿La llegada de Evo Morales a México tuvo algo que ver con la de los chilenos perseguidos por Pinochet?
¿Es en serio o es una provocación la presencia de AMLO en la exposición? ¿No recuerdan que el entonces presidente colapsó a la Alianza del Pacífico por su defensa del corrupto Pedro Castillo? Al diablo con las instituciones, incluyendo a la ONU.
El subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE Enrique Ochoa presentó el sábado un discurso optimista del país. Se sintió orgulloso cuando describió el papel de México en materia de derechos humanos olvidando que incumple el artículo 89 de la Constitución en esa materia, pues el Gobierno de AMLO no hizo nada para exigir a Maduro que parara la represión y asesinato de venezolanos. ¿O qué decir sobre, en los hechos, la desaparición de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos al haber nombrado a Rosario Piedra?
La semana pasada, Relaciones Exteriores emitió un comunicado con el que rechaza “las afirmaciones emitidas por el Comité Contra la Desaparición Forzada porque “carecen de sustento y no son admisibles”.
¿Lo dijo Rosario Ibarra?
Felices 80 años de la ONU, pero cuidado con sus enemigos.
