Publicado: octubre 23, 2025, 8:23 pm
La industria automotriz europea empieza a tensarse. Los fabricantes han recibido una señal clara de que algo no va bien: Nexperia, uno de los principales proveedores de chips, ya no puede garantizar entregas. Las asociaciones del sector advierten que el margen de maniobra es muy limitado. No se trata de un problema técnico ni de una huelga, sino del efecto en cadena de una disputa internacional que amenaza con afectar a los cimientos mismos de una industria clave para el Viejo Continente.
Fue el 16 de octubre cuando la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) advirtió oficialmente de posibles parones en la producción si la interrupción del suministro de Nexperia no se resolvía de inmediato. Según ACEA, los chips afectados se utilizan en las unidades de control electrónico y los inventarios actuales solo alcanzarán para unas pocas semanas.
El punto de inflexión: una lista negra. A finales de septiembre se produjo un movimiento que muchos en el sector identifican como el desencadenante de la crisis actual. La Oficina de Industria y Seguridad de Estados Unidos actualizó su Lista de Entidades para extender las restricciones a filiales controladas por empresas ya sancionadas. Nexperia, propiedad de Wingtech, quedó así bajo el alcance de las medidas. Desde entonces, las tensiones se aceleraron: el Gobierno neerlandés intervino la compañía y China respondió bloqueando la exportación de ciertos componentes.
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Ahora bien, el papel de Nexperia en la industria automotriz es menos vistoso que el de los grandes fabricantes de chips, pero esencial. Sus chips se integran en módulos electrónicos y unidades de control (ECUs) de buena parte de los vehículos que se producen en Europa. La empresa, con sede en Países Bajos y una fuerte presencia en Asia, se caracteriza por su volumen y fiabilidad. Precisamente por eso, la imposibilidad de mantener las entregas ha encendido de un lado y del otro de la cadena de suministro.
El impacto en Europa. Las advertencias iniciales se han transformado en planes de contingencia. ACEA reclama una respuesta coordinada entre las autoridades europeas y los países afectados, consciente de que la cadena de suministro atraviesa un punto delicado. En Alemania, señala CNBC, Volkswagen ha constituido un equipo especial para evaluar los posibles riesgos y mantener abiertas las comunicaciones con sus proveedores.

Una de las instalaciones de Nexperia en Guangdong
La compañía intenta ganar margen con un nuevo proveedor. “Tenemos un proveedor alternativo que podría compensar la falta de semiconductores de Nexperia”, explicó a Handelsblatt Christian Vollmer, responsable de Producción de la marca VW. Según el medio, las conversaciones con esa empresa llevan semanas en marcha. Aunque el hallazgo da algo de oxígeno, la transición no será inmediata y el riesgo de interrupciones sigue sobre la mesa. Desde el grupo aseguran que, por ahora, no hay impacto operativo, pero admiten que el escenario podría cambiar en el corto plazo.
El eco cruza el Atlántico. La preocupación también ha llegado a Estados Unidos. La Alliance for Automotive Innovation, que agrupa a fabricantes como General Motors, Ford, Toyota o Volkswagen, pidió una resolución rápida del conflicto. Su consejero delegado, John Bozzella, advirtió a Reuters de que si el envío de chips “no se reanuda pronto”, la producción de automóviles “se verá afectada en Estados Unidos y en otros países”. Algunas compañías del grupo reconocen que sus plantas podrían notar el impacto a partir del próximo mes.
Japón toma posiciones antes del golpe. Japón también se prepara para el impacto. La Asociación de Fabricantes de Automóviles (JAMA) explicó que sus miembros han recibido notificaciones de Nexperia advirtiendo de interrupciones en el suministro. Según la organización, los chips afectados forman parte de los sistemas de control de numerosos modelos y su escasez podría tener consecuencias para la producción mundial. Mitsubishi Electric, que mantiene acuerdos con Nexperia desde 2023, aseguró que ya estudia sustitutos.
Un tablero geopolítico que ya se cuela en la línea de montaje. El caso Nexperia ya no se entiende solo como un problema industrial. La intervención del Gobierno neerlandés y el enfrentamiento con su filial china han convertido a la empresa en el nuevo punto de fricción entre Europa, Pekín y Washington. Países Bajos justificó su decisión en la necesidad de proteger el suministro estratégico de semiconductores, mientras que China defendió que su filial actúa conforme a la legislación local. En el centro de la disputa, Nexperia intenta mantener su actividad bajo dos marcos regulatorios cada vez más opuestos.
Las fábricas están en guardia. Las próximas semanas serán decisivas para medir el alcance real del conflicto. Los fabricantes ajustan sus inventarios y revisan proveedores alternativos, mientras las asociaciones del sector mantienen la presión diplomática para desbloquear la situación. Desde Suecia, el consejero delegado de Volvo Cars, Håkan Samuelsson, explicaba a Financial Times que, aunque su compañía, propiedad del grupo chino Geely, no enfrenta problemas inmediatos, “habrá algunas fábricas que tengan que parar”. Cree que la clave está en reaccionar con rapidez y aplicar las lecciones que dejó la crisis de los semiconductores durante la pandemia.
Imágenes | Nexperia | Cesar Salazar
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La noticia
Algo se ha torcido en la industria automotriz europea. El conflicto por Nexperia ya amenaza con paralizar fábricas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
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