Publicado: octubre 23, 2025, 7:19 am
La migración de personas que se trasladan de sus países hacia otros que ofrecen seguridad y empleo es tan grande que, si los migrantes fueran un país, sería el quinto más poblado del mundo. Reflejan problemas políticos (guerras, represión, inseguridad), económicos (pobreza, desempleo) y sociales (falta de servicios de salud, educación, seguridad social). Ocurre sobre todo en los países pobres o que están en guerra. Ahora el fenómeno se localiza en Ucrania, África, América Latina, Asia y Medio Oriente. Emigran hacia los países desarrollados.
La migración mexicana, sobre todo hacia Estados Unidos, obedece esencialmente a la precariedad de las condiciones de vida. El país no tiene la capacidad de crear los empleos que demanda el crecimiento demográfico y el rezago acumulado. Actualmente se necesita cada año un millón doscientos mil nuevos empleos y nunca la economía del país ha logrado crear esa cantidad, ni en los años de vacas gordas.
En Estados Unidos viven 65 millones de personas de origen latino y, dentro de 30 años, serán 100 millones. Esta población influye en la economía, en la política, en la música y en la comida, pero no tiene representación política en el Congreso.
Los problemas migratorios son muchos y el gobierno de EU ha evitado resolverlos. El que ofreció una reforma migratoria para regularizar a los inmigrantes fue el expresidente Obama, pero no cumplió. En el balance, las bases de la victoria de Obama fueron las víctimas de la incapacidad de su mandato. Además, fue el campeón de las deportaciones, de 2.4 millones de personas, el más alto realizado. Política y socialmente, el gobierno de Obama disparó una respuesta reaccionaria.
Trump ha prometido deportar a 11 millones de personas. Una mayoría es de origen mexicano. El efecto de ello afectará a la economía de EU. Actividades como la agricultura, la hotelería, la construcción, la manufactura y el comercio dependen en buena medida de la población trabajadora indocumentada. Pero también el costo de la deportación es muy alto y se requiere la colaboración de los gobiernos de los países de donde proviene la población deportable, lo que significa para esos gobiernos grandes dificultades para promover las actividades económicas y la absorción de esa mano de obra.
También otro efecto muy importante de las deportaciones hacia México es la previsible reducción de las remesas en dólares que envían los trabajadores a sus familias. Representa el 4% del PIB nacional, superior, por ejemplo, al gasto presupuestal en salud.
México es el segundo receptor mundial de remesas, después de la India, y son fundamentales como ingresos familiares, sobre todo en Chiapas, Guerrero y Michoacán, en donde las remesas representaron en 2024 el 30% de los ingresos de los hogares más pobres.
La perspectiva de que se cumplan los deseos xenofóbicos de Trump con las deportaciones de migrantes creará en EU muchos problemas adicionales a los que ya está provocando la imposición de aranceles a los productos importados.