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El cáncer no tiene edad: una investigación global muestra que su incidencia crece en jóvenes y mayores por igual

Publicado: octubre 21, 2025, 2:23 am

Durante los últimos años, la preocupación por una supuesta epidemia mundial de cáncer en adultos jóvenes había dominado el debate científico. Estudios previos mostraban que entre 1990 y 2019 los nuevos casos en menores de 50 años habían aumentado un 79%. Sin embargo, una nueva investigación publicada en Annals of Internal Medicine pone en duda esa interpretación y advierte que el incremento afecta tanto a los jóvenes como a los mayores.

El estudio, dirigido por el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, comparó de forma sistemática las tendencias de incidencia en dos grupos: adultos jóvenes (de 20 a 49 años) y mayores (de 50 a 69 o más). Se analizaron datos de 42 países —22 de ellos europeos— durante un periodo de 15 años, de 2003 a 2017. En total, se estudiaron 13 tipos de cáncer previamente identificados como crecientes en personas menores de 50 años.

Los resultados fueron contundentes. En el 75% de los países evaluados, la incidencia aumentó en ambos grupos de edad. Los tipos de cáncer que más crecieron de forma paralela fueron los de tiroides, mama, riñón, endometrio y leucemia. Los investigadores subrayan que los de riñón y endometrio, en particular, están estrechamente ligados a la obesidad, un factor de riesgo que no distingue edades ni fronteras.

El cáncer colorrectal fue la gran excepción. En cerca del 30% de los países analizados, aumentó con mayor rapidez entre los adultos jóvenes que entre los mayores. En cambio, en los mayores de 50 años el incremento solo se observó en aproximadamente la mitad de los países. Los científicos sugieren que esta diferencia puede deberse a las pruebas de detección rutinarias que se ofrecen a los mayores, las cuales permiten identificar y extirpar lesiones antes de que se vuelvan malignas.

Cánceres que disminuyeron o no mostraron patrones claros

Al mismo tiempo, el estudio detectó una tendencia opuesta en varios tipos de cáncer que anteriormente se habían incluido en la lista de “crecimiento alarmante” entre jóvenes. Las tasas de cáncer de hígado, boca, esófago y estómago disminuyeron en más de la mitad de los países, mientras que no se hallaron aumentos generalizados en otros como el de vesícula biliar, páncreas o próstata.

Los autores advierten que los datos disponibles proceden mayoritariamente de países de ingresos medios-altos, lo que podría limitar la representatividad global del análisis. Aun así, sus conclusiones cuestionan la narrativa que un cáncer cada vez más precoz ha dominado la última década. En realidad, los aumentos afectan a todas las edades.

Más allá de las cifras, los investigadores llaman la atención sobre la gestión de los recursos públicos. Si la atención y la financiación se concentran únicamente en los jóvenes, el sistema sanitario podría estar dejando de lado a la población de mayor edad donde el cáncer sigue siendo más frecuente.

No obstante, reconocen que el diagnóstico en adultos jóvenes —de entre 15 y 39 años— tiene implicaciones sociales y psicológicas distintas. A esa edad, el impacto no se limita a la salud: afecta la vida familiar, la maternidad o paternidad, las relaciones laborales y el futuro económico. Por eso, los expertos proponen reforzar los equipos multidisciplinares, mejorar el apoyo psicológico y dar seguimiento a las toxicidades tardías derivadas del tratamiento.

El informe también insta a desarrollar políticas de prevención que aborden los factores de riesgo compartidos por ambas generaciones, como la obesidad, el sedentarismo o la exposición a contaminantes. En España, aunque el estudio no ofrece datos específicos, los expertos estiman que las tendencias son similares a las del resto de Europa: un aumento generalizado, pero no exclusivo de los jóvenes.

En resumen, el cáncer sigue siendo una enfermedad asociada principalmente al envejecimiento, aunque su sombra se proyecta sobre todas las edades. El reto, según los autores, es dejar de mirar solo a los extremos y construir estrategias que vean el problema en toda su magnitud.

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