Publicado: octubre 6, 2025, 2:23 pm
Nos desespera, no lo entendemos, pensamos que estamos transmitiendo mal nuestro mensaje… sin embargo, que los pequeños reaccionen riéndose cuando les hemos llamado la atención por algo que no han hecho bien y que queremos que corrijan es una respuesta inconsciente que puede esconder miedo, tristeza e incomprensión.
Los niños, cuando muestran una sonrisa a pesar de nuestro enfado, no están retándonos para sacarnos de quicio o burlarse, sino que simplemente muestran una reacción inconsciente que no pueden evitar bien porque se encuentran en inferioridad, o bien porque no han entendido el objeto de la regañina.
La risa del niño no es una burla, sino su manera de ‘defenderse’
Aunque nos confunde que nuestro hijo se ría cuando nosotros estamos enfadados con él, en realidad no es algo que hagan de manera consciente y meditada: en la mayoría de las ocasiones es una expresión nerviosa de una situación que no saben cómo manejar por su inmadurez. En otros casos, es un acto reflejo que aparece ante la necesidad de liberar la tensión que sienten.
Ante un enfado de sus padres, el cerebro del pequeño tiene dificultades para estar a la altura, razonar o pedir una explicación. Al contrario, suelen sentir miedo y vergüenza y la risa es una manera de disimular algo que les preocupa y les provoca un estrés incontrolable. En algunas ocasiones, la razón de esa reacción puede deberse a que, simplemente, no ha entendido el enfado y piensa que se trata de un juego.
En este contexto, la experta en maternidad Aránzazu Santos López, comunicadora y creadora del podcast @lavozdemama, lo explica claramente en su canal de Instagram: «¿Alguna vez regañas a tu hijo, y en vez de ponerse serio se ríe a carcajadas? Tranquila, es algo que sucede muy a menudo y no, no se está burlando de ti».
Así debes actuar cuando tu hijo se ríe durante la regañina
Aránzazu explica que esa risa «es como un escudo emocional, no es falta de respeto sino un mecanismo natural para liberar tensión y gestionar y sobrevivir a la emoción de ese momento. Eso sí, no empieces a reírte tú, que te veo».
Cuando el niño se ría en plena bronca, la experta recomienda respirar hondo y pensar que no es algo que hace en contra nuestro, sino que es su manera de regularse.» Tu hijo no se ha vuelto humorista de repente. Es difícil pero hay que reconvertir su comportamiento sin reírnos. Recuerda que sobrevivirás a otra situación emocionalmente intensa«.
La manera de reconducir esa reacción espontánea y automática del pequeño es pensar que no lo hacen con mala intención; son inmaduros y no lo pueden evitar. Si después de la regañina y la reacción de risa del niño, nosotros volvemos a regañar porque se ríe, estaremos añadiendo un peso y una angustia en él que cada vez será más difícil de reconducir. Si seguimos en bucle, no habrá aprendido la ‘lección’ que pretendíamos que aprendiera. El adulto es quien debe dar muestras de autocontrol.