Publicado: octubre 5, 2025, 2:15 pm
El FC Barcelona recibió este domingo una sonada goleada ante el Sevilla en el Sánchez -Pizjuán y bajó del escalón del liderato antes del parón de selecciones. Los hombres de Flick lo pasaron muy mal en la calurosa tarde sevillana y no pudieron parar al aguerrido plantel de Almeyda en su festín goleador (4-1).
El brioso Sevilla de Almeyda contó con una ligera ayuda inicial, un calor abrasador poco frecuente en Barcelona y habitual para los hispalenses. El factor campo se acentuó así en un Pizjuán entregado a los suyos y se dejó notar en un arranque asfixiante para los de Flick.
Alexis Sánchez encontró su primera oportunidad a los dos minutos y la sucesión de llegadas de los de blanco a las proximidades de la meta de Szczęsny anunciaba problemas para los visitantes. El chileno, con pasado culé, confirmaría lo que el devenir del encuentro anunciaba. Un traspié de Araujo a Isaac fue señalado como pena máxima y Sánchez, desde los once metros, cumplió la ‘ley del ex’.
La incomodidad del Barça era patente y el gol acentuó las prisas de un equipo deseoso de consolidar el liderato antes del parón internacional. Las amarillas a Gerard Martín y Ferran dieron buena cuenta de ello.
Mientras, Almeida respiraba orgulloso en el banco. Sus chicos cumplían el plan diseñado: presión alta, contras intensas, solidez defensiva en campo propio… el chorro de ocasiones no cesaba y Carmona e Isaac Romero perdonaron lo imperdonable ante un gran Szczęsny.
Imperdonable fue otra de Isaac Romero justo tras el parón de hidratación, un mano a mano errado del que se resarciría a continuación. Se escapó Vargas por la banda izquierda, le puso el centro raso y el ariete no titubeó a la hora ejecutar.
El 2-0 complicaba mucho las opciones de los blaugrana, pero fue justo entonces cuando los hombres de Flick tiraron de orgullo y recortaron distancias. Lo logró Rashford en su segundo intento después de un mano a mano fallado ante Vlachodimos. Tras el fallo, el inglés aprovechó un centro de Pedri para cazar al vuelo un gran remate.
Su gol fue la última acción de la primera mitad antes de que, tras el paso por vestuarios, arrancara un asedio culé. Se dejó notar el efecto de la charla de Flick en el descanso, al menos en una reanudación completamente marcada por las ocasiones del Barça en pies de Pedri y Lewandoski. Con todo, el Sevilla, pese a estar más sometido, no dio su brazo a torcer por completo e incluso tuvo alguna aproximación peligrosa en la que exigió la reacción de Szczęsny.
El verdadero punto de inflexión llegó a falta de un cuarto de hora para el final, cuando Januzaj derribó a Balde en el área y regaló a los culés la opción de empatar de penalti. El ejecutor de la pena máxima fue el verdugo Lewandowski, que esta vez falló estrepitosamente como no es habitual en él para perdonar el gol.
El fallo, por el lateral, dio alas a un Sevilla que redondearía la fiesta a base de contragolpes. Ambos fueron en el descuento, el primero en el 91 justo después de que Vlachodimos salvara la igualada con un paradón. Carmona, que se lanzó dentro de la portería para cortar un posible tiro, cabalgó como nunca para convertirse en el rematador de una jugada zanjada con un tiro cruzado casi sin ángulo.
El partido parecía resuelto, aunque los ocho minutos de descuento y la roja a Peque daban alas a los culés. Al final la tarjeta fue rectificada a amarilla y, en otra contra, en el 96’, Adams aprovechó el pase de la muerte para sentenciar a los culés.
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