Publicado: septiembre 28, 2025, 9:17 pm
La Ryder Cup, la gran cita del golf, el tercer acontecimiento deportivo más seguido tras los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. Nueva York, la capital del planeta. Donald Trump bajando del Air Force One para animar a su ejército. Michael Jordan en primera fila. En los palos, Scottie Scheffler, el número uno del mundo, y Bryson DeChambeau, un golfista disfrazado de estrella de rock. Más de 50.000 espectadores cada día en directo en el majestuoso campo de Bethpage y cientos de millones en televisión. Estados Unidos había diseñado una perfecta obra de teatro de Broadway. Contaba con el presupuesto, el escenario, los actores y la banda sonora, y hasta estuvo a punto de redondear la secuencia con un final de infarto, una remontada nunca vista. Solo le faltó ese último giro de guión. Europa resistió la emocionante y orgullosa carga final de los estadounidenses en los duelos individuales y venció por un ajustado 13 a 15 a para conservar con una exhibición de personalidad y juego en equipo la corona lograda hace dos años en Roma.