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Se inaugura Woven City, la ciudad inteligente con coches autónomos y robots a los pies del monte Fuji

Publicado: septiembre 27, 2025, 11:23 am

Llevábamos un lustro oyendo hablar de ella y otros países han querido copiar su aire futurista, aunque casi siempre sin mucho éxito. Hoy al fin está aquí: Toyota abre las puertas de Woven City, una urbe diseñada para ensayar cómo será la vida en las ciudades los próximos años.

Susono, al pie del monte Fuji, es desde ahora escenario de pruebas reales. Allí se ha levantado un pequeño barrio de 47.000 metros cuadrados en el que ya se han instalado unas 300 personas, en su mayoría empleados de Toyota y sus familias. Llamados ‘weavers’ por la compañía automovilística, no son simples residentes: son los primeros beta testers de una ciudad donde los coches se conducen solos, los robots llevan paquetes a domicilio y los semáforos cambian según la marea de peatones.

La urbe está pensada como un ecosistema vivo en el que movilidad, energía y arquitectura funcionan de manera integrada. Bajo las calles, una red de caminos subterráneos permite poner a prueba los vehículos sin la interferencia de la luz solar ni del polvo, mientras que en la superficie se han diseñado tres tipos de vías distintas: unas exclusivas para coches autónomos más rápidos, otras para peatones y movilidad personal y un tercer modelo mixto que combina tránsito lento y caminantes.

La vida comunitaria también está muy presente: plazas, zonas verdes y parques de barrio buscan fomentar la interacción entre vecinos, recordando que Woven City no es solo un escenario tecnológico, sino también un lugar para habitar.

El objetivo no es solo probar tecnología, sino diseñar un ecosistema urbano seguro, eficiente y fluido, aseguran sus responsables.

Woven City acaba de nacer, pero Toyota tiene planes ambiciosos: crecer hasta 294.000 metros cuadrados y albergar a unas 2.000 personas. Y no solo empleados. La compañía ha confirmado que, si todo va bien, los visitantes podrán recorrer esta ciudad futurista a partir de abril de 2026 y comprobar de primera mano cómo funciona este prototipo de ciudad inteligente.

Sostenibilidad como punto de partida

La sostenibilidad es otro de los pilares de este proyecto. Los edificios se construyen principalmente en madera, incorporan paneles solares y funcionan con pilas de combustible de hidrógeno. Con este planteamiento, Toyota ha conseguido que la Fase 1 reciba la certificación medioambiental LEED Platinum, un reconocimiento reservado a los desarrollos urbanos más eficientes y respetuosos con el entorno.

El diseño de la ciudad corre a cargo del prestigioso arquitecto Bjarke Ingels, autor de proyectos icónicos como la sede de Google en California o la Lego House en Dinamarca. Su visión se ha centrado en crear un espacio entrelazado —de ahí el nombre Woven— donde la tecnología, la naturaleza y la vida humana convivan en equilibrio. Además, Toyota ha abierto la puerta a universidades, startups e investigadores de todo el mundo para que utilicen Woven City como un banco de pruebas real y ha anunciado un programa de aceleración que permitirá desplegar allí proyectos innovadores en energía, salud, movilidad o bienes comunes.

Privacidad, el talón de Aquiles

Si Woven City es un escaparate de innovación, también lo es de las dudas que generan este tipo de entornos hiperconectados. La ciudad está repleta de sensores, cámaras y dispositivos conectados que monitorizan desde el flujo de peatones hasta la eficiencia energética de los edificios o la circulación de vehículos. Todos esos datos son oro para mejorar el funcionamiento de la urbe, pero también plantean una cuestión inevitable: ¿quién controla la información y con qué fines?

Los expertos advierten de que la gestión de datos personales en un espacio como Woven City puede convertirse en un campo de batalla entre la innovación y la privacidad. Saber a qué hora sale un vecino de casa, con quién se cruza, cómo se mueve por la ciudad o qué consumo energético tiene su hogar supone un nivel de trazabilidad que nunca antes se había alcanzado.

Para Toyota, la clave está en garantizar que esa información se use únicamente para optimizar servicios, pero los críticos temen que pueda derivar en un modelo de vigilancia permanente y creen que este será el verdadero reto: que el futuro conectado no se convierta en un escenario de vigilancia constante a lo Gran Hermano.

Woven City se presentó en el CES de Las Vegas en 2020 como la gran apuesta de Toyota para dejar de ser solo un fabricante de coches y convertirse en una compañía de movilidad basada en software. De momento es un proyecto a pequeña escala, pero un vistazo a lo que vendrá: lo que hace unos años sonaba a ciencia ficción empieza a tomar forma en Japón.

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