Publicado: septiembre 21, 2025, 12:14 am
Pocas cosas hay más privadas en la vida de una persona que su cuenta corriente, tanto es así que preguntar por el dinero ajeno se considera una vulgaridad, así como hablar del propio (sobre todo si se tiene). Aunque, tradicionalmente esto había sido más cierto en las sociedades católicas –por aquello que decía san Mateo sobre la aguja y el camello– que en las protestantes. Los anglosajones son muy liberales a la hora de lucir billetera, según nos enseñó el alemán Max Weber, por influjo de la doctrina de la predestinación, que hizo creer a muchos reformados que la riqueza era signo de que uno estaba salvado. Si los seguidores de Calvino tenían razón, el arquetipo del redimido actual lo forman la colección de personajes que aparecen en las listas de ricos que elaboran firmas de análisis como Forbes o Bloomberg, que se han convertido en expertas en husmear en las cuentas ajenas para satisfacer la curiosidad de sus lectores. Los rankings de supermillonarios gustan, quizá porque se prestan a titulares jugosos. La fortuna de Amancio Ortega –120.200 millones de euros en 2024 según Forbes– equivale al 8% del PIB de España y la de Elon Musk – 372.154 millones al cierre de la Bolsa el pasado Jueves, según Bloomberg– es superior al de Finlandia; de hecho, si Musk fuera un país sería la trigésimo sexta potencia del mundo. Sin embargo, la duda es legítima; ¿hasta qué punto son fiables estos datos? De Jeff Bezos se sabe que posee un 8,6% de Amazon . Exactamente, son cerca de 900 millones de títulos que, a 231 dólares la acción, suman 207.000 millones de dólares. Ahora bien, según Bloomberg Bezos tiene 253.000 millones de dólares (213.988 millones de euros), así que faltan 46.000 millones que parecen haber salido de la nada. En este punto cabría explicar por qué los investigadores de la compañía que fundó Michael Bloomberg califican al padre de Amazon como ‘un rico de cuatro estrellas’. Con este modo de clasificar a sus multimillonarios, la firma de análisis reconoce que su lista es en parte un ejercicio de especulación, pues hay un sinfín de lugares a los que sus sabuesos no pueden llegar, como cuentas corrientes, paraísos fiscales o sicavs. De hecho, de entre las 50 primeras personas de su ‘Índice de multimillonarios’, solo pueden garantizar que su información es cierta ‘casi’ al 100% en uno de los casos. Se trata de Miriam Adelson , la única rica de cinco estrellas de la clasificación. Esta multimillonaria judía-estadounidense, doctora de profesión y seguidora de Trump es conocida por sus excentricidades, como cuando en 2012 pidió a la Generalitat de Cataluña que cambiara de sitio el Aeropuerto de El Prat y el campo del Espanyol para que su marido pudiera construir el complejo Eurovegas . A la muerte de Sheldon Adelson en 2021 heredó la mitad de las acciones de la compañía de casinos Las Vegas Sands, de donde proviene casi la totalidad de su fortuna. Como la compañía está cotizada, para los rastreadores de ricos es un caso fácil, pues basta con hacer un simple cálculo para descubrir que Adelson posee 34.085 millones de euros. En el caso de Bezos, en cambio, un buen pedazo de sus activos están en el ‘Washington Post’, tras adquirirlo en 2013, en un ‘family office’ y, sobre todo, en la compañía de transporte aeroespacial Blue Origin, cuyo valor es difícil de determinar dado que no está en el parqué. Para aflorar el dinero, en esos casos los investigadores recurren a un sinfín de estrategias, como comparar las empresas con firmas cotizadas que se les parezcan, y sirva de ejemplo el caso de Amancio Ortega. El principal origen de su fortuna está en el 59% que monopoliza de los títulos de Inditex, cantidad a la que Bloomberg añade 9.000 millones de euros en concepto de dividendos cobrados desde 2021. A esto suman el 5% de Enagás y, lo más difícil, Pontegadea. Las cuentas del imperio inmobiliario de Ortega no son públicas, así que el análisis se basa en la comparación con empresas equivalentes que están en el mercado abierto. En cualquier caso, actualmente la competición por ser el más rico del mundo se juega entre los magnates de las tecnológicas, Musk, Bezos, Zuckerberg (Meta), Sergey Brin (Google) y, muy especialmente, Larry Ellison . El fundador de Oracle ha sabido capitalizar mejor que nadie la segunda presidencia de Trump y gracias a su participación en el proyecto Stargate, que prevé movilizar 500.000 millones de dólares , su empresa se ha disparado un 80% en Bolsa en un año. Tanto es así que el pasado 11 de septiembre Ellison superó a Musk y se convirtió durante unas horas en el hombre más rico del planeta. El último de la tabla, por su parte, es George Soros, que tiene 6.387 millones de euros ; es decir, que ahí está el mínimo para que Bloomberg te considere un superrico. Como dijo Emilio Botín: «Ricos, ricos, somos pocos».