Publicado: septiembre 20, 2025, 11:23 am
Uno de los principales actos de la visita de estado de Donald Trump a Reino Unido, que tuvo lugar esta pasada semana, se celebró el miércoles: una cena de gala en el Castillo de Windsor, con más de 160 invitados, en honor del presidente de Estados Unidos, su esposa Melania y con la presencia de los reyes de Inglaterra y los príncipes de Gales.
Pero según el Daily Mail, el lujo y la ceremonia que se apreciaron en la cena tuvieron un reverso polémico: un enfrentamiento entre el personal de cocina del Castillo y el servicio secreto de Estados Unidos.
Tal y como recoge este medio, varios miembros del equipo del servicio secreto que custodiaba al presidente Trump fueron a las cocinas para supervisar la preparación del menú, e incluso probaron la comida, lo que los cocineros consideraron como algo ofensivo.
«El banquete fue un éxito rotundo en el salón principal, pero hubo una disrupción detrás del escenario», dice una fuente de la familia real al Mail. «Surgieron tensiones entre los chefs que preparaban la comida y el equipo de seguridad estadounidense responsable de proteger al presidente y su séquito», prosiguen.
«Los chefs, que trabajaban para preparar tres platos de manera impecable, se sintieron frustrados cuando los agentes del servicio secreto de Estados Unidos revisaban e incluso probaban repetidamente toda la comida«. dice la misma fuente.
«Lo que comenzó como una irritación silenciosa se convirtió en un intercambio acalorado, con voces alzadas en ambos lados. Tuvieron que pasar varios minutos para que los ánimos se calmaran y la cocina volviera a su ritmo habitual. Los invitados en el salón no se enteraron en absoluto del altercado, pero en la cocina era imposible pasarlo por alto», dice.
El menú
El menú de la cena consistió en panna cotta de berros de Hampshire con galletas de mantequilla parmesana y ensalada de huevo de codorniz para empezar, servido en una mesa preparada con 1.452 piezas de cubiertos de plata y cinco copas de vino por persona.
A continuación, se sirvió una balota de pollo orgánico de Norfolk envuelta en calabacín con tomillo y zumo salado infusionado con bomba de helado de vainilla y sorbete de frambuesa de Kentish en el interior, decorado con ciruelas escalfadas para terminar.
La carta de vinos incluía un vino espumoso cosecha inglesa 2016 de Wiston Estate como aperitivo y luego Domaine Bonneau de Martray, un vino blanco seco como entrante. El plato principal estuvo acompañado por un blanco Corton-Charlemagne, Grand Cru 2018, y un tinto Ridge Vineyards, Montebello, 2000 siendo el champán Pol Roger, Extra Cuvee de Reserve 1998.
Las bebidas después de la cena también fueron elegidas con mucho cuidado por el detalle, incluido un oporto cosecha 1945 en honor a Trump por ser el 45º presidente de los EEUU y un coñac de 1912, el año en que nació en Escocia la madre del inquilino de la Casa Blanca.
Y aunque Trump es un conocido abstemio, los invitados también pudieron disfrutar de un cóctel especial creado para el banquete, el Transatlantic Whisky Sour, que mezcla Johnnie Walker con mermelada, espuma de nuez y un malvavisco tostado sobre una galleta.