Publicado: septiembre 20, 2025, 5:23 am
La Comisión Europea (CE) ha anunciado este viernes un nuevo paquete de sanciones a Rusia que, según ha explicado Ursula von der Leyen, responde al «desprecio por la diplomacia y el Derecho internacional» que ha demostrado Rusia en las últimas semanas. Los recientes ataques a Ucrania y las invasiones con drones del espacio aéreo europeo en Polonia y Rumanía «no son acciones de alguien que busca la paz», ha lamentado la presidenta de la CE, quien ha admitido que Moscú está «aumentando la presión» sobre la Unión Europea y que, en consecuencia, Europa también elevará su presión: «La economía de guerra rusa está llegando a su límite».
«Moscú cree que puede continuar su guerra. Nos estamos asegurando de que pague el precio«, ha dicho, por su parte, la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, en otro mensaje difundido en redes sociales para anunciar la propuesta del Ejecutivo comunitario para adoptar una nueva ronda de sanciones.
La CE ha pedido este viernes acelerar un año, hasta el 1 de enero de 2027, el veto a las compras de gas natural licuado (GNL) ruso y ampliar las sanciones financieras, incluido atacando al sector de las criptomonedas o el pago con tarjetas, para impedir que el Kremlin se siga financiando mediante sistemas de elusión en terceros países. Además, en el sector energético Bruselas quiere apuntar también hacia quienes ayudan a Rusia a eludir las sanciones comprándole combustibles fósiles, por lo que se propone sancionar refinerías, comerciantes de petróleo y empresas petroquímicas en terceros países, «incluida China».
«La economía de guerra de Rusia se sustenta en los ingresos procedentes de los combustibles fósiles. Queremos reducir esos ingresos. Por eso estamos prohibiendo las importaciones de GNL ruso en los mercados europeos. Es hora de cerrar el grifo«, ha indicado Von der Leyen en una declaración grabada y difundida en redes sociales. La líder europea ha celebrado que los sucesivos paquetes de sanciones están dañando «gravemente» la economía rusa, con una tasa de interés del 17%, y que la «economía de guerra rusa está llegando a su límite».
Von der Leyen ha apuntado asimismo a la reducción del precio máximo del petróleo a 47,6 dólares y a que, para combatir la evasión de sanciones contra el crudo ruso, proponen vetar a otros 118 buques de la llamada «flota fantasma» que ayuda a esquivar las medidas restrictivas (la lista total de barcos en la lista negra ascendería así a 560). Además, se introducirá un veto total a las energéticas Rosneft y Gazpromneft y se incluirán otras compañías entre las sancionadas con la congelación de haberes, aunque Bruselas no ha comunicado sus nombres.
«Vamos tras aquellos que alimentan la guerra de Rusia comprando petróleo en violación de las sanciones. Nos centramos en refinerías, comerciantes de petróleo y empresas petroquímicas de terceros países, incluida China», ha recalcado. Así, ha recordado que en tres años los ingresos petroleros de Rusia en Europa han disminuido en un 90%.
En cuanto al sector financiero, el Ejecutivo comunitario dirige las sanciones tanto a bancos en Rusia como a bancos de terceros países que ayuden en la arquitectura creada por el Kremlin para eludir los castigos internacionales. «A medida que las tácticas de fraude ganan en sofisticación, adaptamos nuestras sanciones», ha avisado la política alemana, antes de anunciar que, por primera vez, la UE atacará con sus sanciones a las plataformas de criptomonedas y prohibirá sus transacciones.
El tercer pilar del paquete diecinueve tiene por objetivo las exportaciones de bienes y tecnologías utilizadas para la guerra, incluidas 45 empresas que ofrecen un «apoyo directo o indirecto» a la «compleja industria militar» rusa, ha dicho Von der Leyen. «En una guerra basada en la invasión, es esencial cortar el acceso de Rusia a tecnologías clave, en especial cuando se trata de drones», ha explicado Von der Leyen.
Este será el decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia desde que inició la invasión a Ucrania y deberá ser negociado con los gobiernos europeos, puesto que para salir adelante necesita el apoyo por unanimidad de los Veintisiete -lo que implica superar las reservas de Hungría y Eslovaquia-. Bruselas puso ya sobre la mesa en verano una propuesta para prohibir todas las importaciones de gas ruso al mercado europeo a partir del 1 de 2028; pero ahora apuesta por acelerar un año las medidas que afectan al GNL del que aún compran España, Bélgica, Países Bajos, Francia y Portugal.