Publicado: septiembre 15, 2025, 10:23 pm
Hasta hace poco, la idea de que un satélite de observación terrestre capturara accidentalmente a otro satélite en pleno vuelo era una casualidad tan improbable como encontrar una aguja en un pajar. El espacio es un vacío inmenso y los satélites se mueven rapidísimo. Pero en el último año hemos sido testigos de este fenómeno dos veces. Y en ambas ocasiones, el protagonista ha sido un satélite Starlink de SpaceX.
En una base militar secreta de China. El pasado 21 de agosto, uno de los nuevos satélites WorldView Legion de Maxar pasaba sobre el desierto de Gobi, en China, con el objetivo de fotografiar la base aérea de Dingxin: una instalación de alto secreto donde China prueba sus cazas más avanzados. El satélite logró la imagen, pero en ella aparece un intruso inesperado.
Una nave plateada con dos grandes paneles solares y tres espectros de colores cruzan la foto de Maxar, creando lo que una ejecutiva de la compañía describió en LinkedIn como «arte accidental». Lo que vemos es en realidad un único satélite, el Starlink 33828, inmortalizado en distintas longitudes de onda sobre uno de los lugares más sensibles del ejército chino.
El truco está en la cámara. La curiosa imagen multicolor se explica por cómo funcionan los satélites de observación y la increíble velocidad a la que se mueven los objetos en órbita. Estos satélites no toman una única imagen, sino una serie de imágenes en diferentes bandas espectrales casi simultáneamente: una en blanco y negro de alta resolución (pancromática) y varias en diferentes colores (rojo, verde, azul…) de menor calidad. Luego, un algoritmo fusiona toda esta información para crear la foto final, nítida y a todo color.
El problema de ese «casi simultáneamente» es el casi. Cuando el objetivo es la Tierra, que está relativamente quieta respecto al satélite, el sistema funciona a la perfección. Pero cuando otro satélite se cruza en el campo de visión a una velocidad relativa de casi 1.400 metros por segundo (unos 5.000 km/h), la cámara lo captura en una posición ligeramente distinta en cada una de las capas de color. El resultado es ese efecto espectral con varias sombras de colores.
El Starlink de Google Maps. Esta es la segunda vez que un satélite Starlink se cuela accidentalmente en una foto ajena. Como contamos en abril de 2025, un usuario de Reddit descubrió un efecto muy similar en una imagen de Google Maps sobre una zona rural de Texas.
En aquella ocasión, la foto fue tomada por un satélite europeo Pléiades, y el resultado fue aún más claro: cinco siluetas del mismo objeto, correspondientes a las bandas del infrarrojo cercano, rojo, azul, verde y la pancromática. La enorme cantidad de satélites en órbita baja está convirtiendo un evento astronómicamente improbable en una nueva normalidad.
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Por qué siempre son satélites Starlink. Porque son mayoría. SpaceX ya tiene más de 8.300 Starlink en órbita, más que todas las demás constelaciones de satélites juntas. Con sus planes de expandir la red a más de 30.000, la probabilidad de que uno de ellos se cruce en el visor de otro satélite es cada vez mayor.
Pero además, vuelan bajo. Para ofrecer una conexión a internet de baja latencia, los Starlink operan a unos 500 km de altitud en la órbita baja terrestre. Esta es la misma «autopista» orbital que utiliza la mayoría de los satélites de observación de la Tierra, como los WorldView Legion de Maxar (que están a 518 km). Sus caminos están destinados a cruzarse.
Más allá de la anécdota visual, estas imágenes son el síntoma de que la órbita baja está cada vez más congestionada, lo que obliga a realizar constantes maniobras de evasión para impedir colisiones.
Imagen | Maxar
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La noticia
Era prácticamente imposible que un satélite «arruinara» la foto de otro satélite. Con Starlink ya van dos veces
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
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