Publicado: septiembre 15, 2025, 2:23 am
El liderazgo del dinero, un título muy valorado en los Estados Unidos, ha cambiado de dueño. Elon Musk, que desde hace varios meses lucía ante el mundo como el abanderado de la riqueza, ha perdido esta envidiada posición. Nadie se explica cómo ha podido quedarse atrás en el ranking cuando todos le consideraban favorito en el sprint final.
Hay quien opina que su fugaz paso por la Casa Blanca como mano derecha de Donald Trump seguramente le ha restado millones a su cuenta corriente. No está claro si ha sido un error de cálculo, que el éxito del Tesla no acaba de consumarse o que los sueños de ser el primer latifundista del planeta Marte le está costando inversiones cada día más caras.
Sea como sea, lo cierto es que ha tenido que ceder la ambicionada corona de estrella de Wall Street a Larry Elison, multimillonario también, aunque menos conocido por los medios de comunicación e incluso por los humoristas que se ganan la vida haciendo reír a los pobres en las radios y televisiones. Es lo que toca, saber ganar y llegado el momento, saber perder.
Musk parece que no ha recibido la noticia de su derrota, de momento temporal, con buen humor. Elison tiene 367,2 mil millones de dólares, unos exiguos mil millones más que Musk que le gana a la hora de rentabilizar su imagen. Elison también le gana en edad, 81 años frente a los 54 de su adversario, aunque eso no debe de agradarle. También es cierto que no los aparenta y además lo oculta.
Desde que superó los sesenta dejó de celebrar cumpleaños, no regatea en tratamientos médicos ni dietas para parecer más joven. Viendo las fotografías que se están divulgando, nadie le echaría más de cincuenta. Su biografía es escueta, ha fundado empresas tan importantes y rentables como Oracle y ha estado casado tres veces.
El interés que ha despertado su condición como el más rico entre los ricos va a proporcionarle desde ahora mayor protagonismo público. Tiene dos hijos. No deja de ser paradójico que habiendo nacido en el Bronx, el barrio más pobre de Nueva York, se haya convertido en el vecino más acaudalado.
