Publicado: septiembre 3, 2025, 8:23 am
Situado en la merindad de Tudela, en tierras navarras, Valtierra es un municipio de apenas 2.500 vecinos que no suele acaparar grandes titulares. Ya no. Su nombre y el de su alcalde, Manuel Resa (UPN) lleva varios días protagonizando crónicas en la prensa nacional e incluso se ha colado en el prime time televisivo de la mano de ‘Espejo Público’. El motivo poco tiene que ver con el sector agroganadero de la villa o su patrimonio. Lo que la ha situado bajo el foco mediático es su polémica política a favor de la natalidad y sobre todo las diferencias que establece entre las familias ‘de toda la vida’ del pueblo y las formadas por trabajadores inmigrantes.
Y eso, con Torre Pacheco aún en el recuerdo, ha levantado polvareda.
¿Y eso, por qué? Para entender hay que remontarse unos meses atrás, a octubre, cuando el Consistorio de Valtierra publicó las bases de una ‘Convocatoria para la concesión de ayudas por nacimiento’. La idea, como aclara el documento, firmado digitalmente por Manuel Resa, era «apoyar e incentivar» la natalidad del pueblo, contribuyendo a que la región siguiese siendo sostenible a nivel social y económico. Hasta ahí nada raro. Para lograrlo el Consistorio ofrecía ayudas de hasta 3.000 euros a las familias que tuviesen hijos a lo largo de 2025.
Bajando al detalle. La polémica surge en el punto quinto del documento, donde se especifican los «requisitos» que deben cumplir los beneficiarios. Además de dar a luz un bebé entre enero y diciembre de 2025, ser vecino del pueblo y estar al día con los impuestos municipales, el Consistorio pide que las personas que soliciten la ayuda cumplan una exigencia: al menos uno de los progenitores de la criatura debe llevar empadronado varias décadas en el municipio. Y el documento deja claro que se espera que el recién nacido mantenga también ese mismo estatus.
«Al menos uno de los progenitores deberá estar empadronado en Valtierra de forma ininterrumpida durante los 20 años inmediatamente anteriores a la fecha de registro de la solicitud de la ayuda de nacimiento. Además los neonatos deberán estar empadronados con el progenitor que solicita la ayuda en el momento del empadronamiento inmediatamente posterior al nacimiento, así como permanecer empadronados durante 20 años ininterrumpidos en la localidad de Valtierra».
Y saltó la polémica. Más allá del empeño por fijar población en el pueblo, ese requisito tiene otra lectura mucho más controvertida: deja fuera a todos aquellos padres inmigrantes que llevan en Valtierra menos de dos décadas. Así lo entendió un grupo de mujeres, que hizo posible que el asunto llegase al Servicio de Atención Contra el Racismo y la Xenofobia. ¿El resultado? La pasado primavera el Gobierno regional movió ficha y pidió al Consejo de Navarra que valorase si la cláusula era «compatibilidad con el ordenamiento jurídico y principio de igualdad”.
Antes el Gobierno dio algunos consejos al Consistorio de Valtierra, pero supuestamente cayeron en saco roto. «La respuesta fue obviar cualquier tipo de recomendación y mantenerse en el literal de las bases aprobadas, por lo que nos vemos en la obligación de elevar este caso al Consejo para que dictamine, desde el convencimiento de que hay un evidente trato discriminatorio a parte importante de la población e Valtierra», explica la consejera de Políticas Migratorias.
¿Punto y final? Para nada. Lejos de relajarse, la polémica ha seguido avivándose. Y lo ha hecho básicamente por dos motivos. El primero es que a mediados de junio el Consejo de Navarra publicó su dictamen, un extenso informe que se resuelve con una conclusión tan sucinta como tajante, sobre todo si recordamos que el informe tiene un carácter consultivo y no es una sentencia: sus expertos manifiestan «serias dudas» de que los requisitos de Valtierra se ajusten al ordenamiento jurídico.
«Los menas esos». El segundo motivo de que la polémica se haya avivado son las declaraciones del propio alcalde, que han servido para echar aún más leña al fuego. Durante una entrevista con la Cadena SER Resa insistió en que no tiene intención de cambiar la convocatoria y que lo importante es respaldar a gente con raigambre.
«Lo que tenemos que patrocinar y donde tenemos que poner dinero es para gente con raíces de nuestra tierra porque estamos recibiendo muchos inmigrantes que nos cuestan un pastizal», argumenta en declaraciones recogidas por El País. «Por ejemplo, los menas esos que cuestan 4.950 euros al mes, más de 50.000 euros al año. Unos señoritos de esos de los que tenemos ahí». El primer edil también ha censurado que haya gente con «todos los derechos, pero ninguna obligación».
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Un porcentaje clave: 60%. Sus declaraciones han desatado el debate político más allá de Valtierra e incluso han llevado al PNV a desautorizar al alcalde, de su propia formación, para regocijo de Vox, que lo ha «felicitado». «Nos congratulamos de este discurso», llegó a celebrar su portavoz regional, Emilio Jiménez. Lo cierto es que las palabras de Resa han generado revuelo por otra razón: Valtierra, una localidad que el año pasado no llegaba a 2.500 habitantes, tiene una considerable dependencia demográfica de la inmigración, sobre todo de origen africano.
Lo reconoce el propio Gobierno de Navarra, que recuerda que en 2023 Valtierra registró solo 23 nacimientos y en 14 de ellos la madre era de origen extranjero. Es decir, supusieron alrededor del 60% del total de alumbramientos. La Vanguardia precisa además que cerca de la quinta parte de su población (el 19%) proceden del extranjero y son sobre todo emigrantes llegados del norte de África para trabajar en el campo. En otras localidades navarras, como Milagro o Tudela ese porcentaje es incluso mayor. En opinión de Begoña Alfaro, consejera de Políticas Migratorias, medidas como la de Valtierra crean «ciudadanos de primera y de segunda».
Imágenes | AEK Korrika (Flickr) y Kyle Nieber (Unsplash)
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La noticia
Un pueblo de Navarra ha lanzado el «cheque bebé» de la polémica. Su requisito: llevar 20 años empadronado allí
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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