Publicado: agosto 25, 2025, 8:23 pm
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Europea de Madrid, publicado en la revista científica AMB Express revela que la microbiota intestinal podría convertirse en la clave para la detección precoz del Alzheimer.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) »El Alzheimer representa entre el 60% y el 70% de los casos de demencia a nivel mundial y afecta a más de 50 millones de personas». Gracias a esta información, los investigadores españoles decidieron estudiar si existían diferencias entre la microbiota intestinal asociada al gen APOE4 (gen conocido por aumentar el riesgo del Alzheimer).
»Queríamos comprobar si era posible identificar señales tempranas relacionadas con el APOE4 en adultos sanos y jóvenes, teniendo en cuenta las evidencias recientes que vinculan la microbiota intestinal con la salud cerebral», explica Carlo Bressa, investigador del Instituto de Investigaciones Biosanitarias de la UFV y coautor principal del estudio.
En esta observación participaron 77 adultos sanos, entre 18 y 48 años, con estilos de vida controlados y analizados genéticamente para el gen APE. Los resultados que más llamaron la atención a los científicos mostraron que los portadores del APOE4 presentaban un decrecimiento importante de bacterias del género Megamonas y también una disminución en el grupo bacteriano Eubacterium brachy, ambos implicados en la extracción energética y la regulación del tejido graso corporal.
¿Qué se detectó en este examen?
La investigadora principal del estudio en la Universidad Complutense de Madrid, Mar Larrosa, señala que »Estas diferencias microbiológicas podrían reflejar adaptaciones metabólicas tempranas relacionadas con el riesgo genético de Alzheimer, que aparecen mucho antes de que existan síntomas o alteraciones cerebrales detectables».
Asimismo, el quipo también detecto cambios importantes en las funciones de estas bacterias. En concreto, observaron un incremento en las rutas bacterianas con la producción de carotenoides, pigmentos con propiedades antioxidantes cuya concentración suele ser más baja en los portadores del gen APOE4. Este cambio podría interpretarse como una repuesta compensatoria al mayor estrés oxidativo al que estas personas están predispuestas, explican los autores.
También se detectó un aumento en el metabolismo bacteriano de la trehalosa, un azúcar con función neuroprotectora, cuya mayor degradación podría reducir su disponibilidad en el organismo y afectar negativamente a la salud cerebral.
El investigador del Instituto de Investigaciones Biosanitarias de la UFV y coautor principal del estudio, Carlo Bressa, explica »el aumento en la producción de carotenoides podría interpretarse como una adaptación de la microbiota intestinal frente al mayor estrés oxidativo que acompaña al gen APOE4. Sin embargo, el aumento del metabolismo bacteriano de la trehalosa podría disminuir su disponibilidad en el organismo, lo cual paradójicamente reduciría su potencial neuroprotector y podría tener un impacto negativo en la salud cerebral a largo plazo».
Uno de los aspectos más prometedores del estudio es la posibilidad de utilizar estas diferencias como biomarcadores tempranos y no invasivos del riesgo de Alzheimer. Los autores coinciden en que estos resultados abren muchas posibles vías a la prevención personalizada, ya que al conocer estos marcadores se podría facilitar la intervención o el uso de probióticos para modular la microbiota de personas con predisposición al alzhéimer.
Los autores aseguran que todavía es necesario investigar más
No obstante, el equipo aclara que todavía es necesario validar estos hallazgos en cohortes más grandes y diversas antes de que puedan ser utilizados de manera efectiva. No se sabe con certeza si los cambios observados son una causa directa del Alzheimer, una repuesta temprana del organismo o ambas cosas a la vez.
Lo que sí está claro es que el intestino y sus microorganismos juegan un papel mucho más importante del que se pensaba en la salud cerebral y por eso se subraya la necesidad de seguir estudiando este fenómeno.