Publicado: agosto 15, 2025, 8:23 am
El gas natural se ha convertido en un combustible puente en el camino a la descarbonización. Emite menos dióxido que el carbón o el petróleo cuando se usa para generar electricidad, y en un mundo que está pegando el volantazo a las energías renovables, el gas se ha consolidado como un elemento vital. ¿Motivo? Se está empleando para alimentar los voraces centros de datos y, además, es un elemento geopolítico. Y ahí, los países con las mayores reservas de gas natural tienen mucho que decir.
Y esa mezcla entre recursos naturales y geopolítica se aprecia a la perfección en este gráfico elaborado por Visual Capitalist:
Las potencias. Rusia, Irán y Qatar son las potencias indiscutibles cuando hablamos de reservas de gas natural. Estados Unidos se queda cerca, pero las tres primeras, según estos datos de la U.S. Energy Information Administration, representan el 51% de esas reservas mundiales. Y los diez primeros países, que están representados en el gráfico, acumulan el 83% del total de gas natural.
Rusia es la clara destacada, con dos veces más que Qatar y casi triplicando las reservas de Estados Unidos. La más cercana es Irán, otra potencia del petróleo.
Papel protagonista. Y quien controla el gas, controla un gran porcentaje de la tarta energética mundial. Se estima que, actualmente, el gas natural representa el 23% del mix energético global. Esto depende del país, claro, pero una de las mayores ballenas es Estados Unidos y ahí representa el 40% de la generación eléctrica.
Los motivos son la cantidad de y la eficiencia, siendo su gran ventaja que es la fuente de energía más ‘despachable’ actualmente. Puede activarse y desactivarse con facilidad y, en cuestión de minutos, opera con una capacidad superior al 80% para satisfacer picos de demanda. Además, lo que ya hemos comentado: sus emisiones de CO₂ son, aproximadamente, un 50% menores que las del carbón y un 30% menores que las del petróleo.
Tendencia. El gráfico representa el estado de las reservas en 2023, pero con datos más recientes, vemos que sigue siendo un combustible esencial:
- El gas natural supuso el 33% del incremento de suministro energético mundial.
- La demanda de gas natural en 2024 aumentó un 2,5%.
- La generación eléctrica a partir del gas natural también creció un 2,5%.
- La producción de gas natural aumentó un 1,2%.
- Y el comercio mundial por gasoducto y GNL aumentó un 3,3%, siendo la primera vez que crece desde 2021.
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Geopolítica. Y que sólo unos pocos países tengan un combustible tan esencial para el resto, implica que es una fuente de poder económico, diplomático y, en tiempos de crisis, también un arma. En Europa hemos sido testigos de esto desde dos frentes distintos. Antes de 2022, cerca del 40% del gas natural europeo era ruso. La invasión de Ucrania provocó una serie de recortes en el suministro y Rusia lo empleó como arma en la contienda, ‘secando’ a los países de la Unión Europea que apoyaron a Ucrania.
Esto ha llevado a la UE a replantearse su seguridad energética, diversificando las fuentes de energía e invirtiendo en infraestructuras como las del corredor del hidrógeno verde. Y, en esta situación, EEUU ha ganado peso convirtiéndose en el mayor exportador de gas a Europa, utilizando este recurso en la guerra comercial de los aranceles.
Inteligencia artificial. Más allá de la política, esa capacidad para satisfacer picos de demanda es algo que está erigiendo el gas natural como el combustible más importante en la actualidad. Los centros de datos requieren algo denominado “confiabilidad operativa”, o lo que es lo mismo: no pueden dejar de trabajar y no pueden depender de que las energías renovables, que pueden tener periodos de actividad intermitentes, sean su única fuente energética.
Además, en ciertos momentos de picos de demanda computacional, necesitan una enorme cantidad de energía inmediata, y ahí es donde el gas natural puede satisfacer esa demanda. Es tal la necesidad energética de estos macrocentros de datos que hay empresas que están optando por adueñarse de plantas de energía nuclear para satisfacer sus necesidades.
Gas para rato. El del gas natural es un escenario complejo porque, si bien queremos deshacernos de él en favor de las energías renovables, factores como el de su ventaja energética y los pactos estratégicos favorecen que le quede cuerda para rato. Las proyecciones indican que la demanda energética de los centros de datos sólo en Estados Unidos crecerá de los 180-290 TWh de 2024 hasta los 515-720 TWh en 2030. En el resto del mundo, pasará de los 415 TWh hasta los 945 TWh en 2030.
A nivel global, otros análisis apuntan a un aumento de esa demanda del 50% para 2027 y de hasta un 165% para 2030. Más allá de las necesidades de los centros de datos, se espera un aumento del 32% en la demanda mundial de gas natural para 2050, siendo África y Asia las principales regiones impulsoras de esa creciente demanda debido a necesidades de electrificación e industrialización.
Estas estimaciones pueden irse al traste si se produce un inesperado aumento de las renovables gracias a nuevas tecnologías o soluciones más eficientes, o si cambia el panorama de los centros de datos, pero lo que es evidente es que el camino a la descarbonización tendrá que convivir con el gas natural.
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La noticia
Los países con mayores reservas de gas natural, reunidos en este revelador gráfico
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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